El Betis juega con fuego y se quema en el descuento

Betis y Ponferradina firmaron las tablas en un encuentro marcado por la falta de intensidad verdiblanca en la segunda parte, cuando con el marcador a favor nunca supo cerrar un choque que terminó en tablas merced a un penalti de Bruno en el último suspiro.

Las carencia creativas mostradas en Soria trataron de ser olvidadas en los primeros minutos. La pausa y la presión arriba generaron pronto un mayor control del duelo ante una Ponferradina que no desechó la opción de llegar a espaldas de la zaga bética. Nunca un cambio de lateral propició tantas modificaciones en el juego. Piccini perdió sus dos primeros balones, pero sus intenciones eran claras: nunca lanza el balón en largo y se convierte en una pieza más de ataque con sus subidas y su coherencia técnica. En una de sus llegadas en ataque, realizó un magnífico centro que Alan no pudo desviar con acierto, dejando que Jorge Molina anotara el primer gol del choque a placer ante Kepa.

Con el marcador a favor, llegaron los mejores momentos de los verdiblancos. Rubén Castro fue una pesadilla en cada ocasión en la que decidió aliarse con Dani Ceballos, de nuevo jefe de la medular de Mel. El canterano cierra espacios y los crea. Recibe, reparte y fabrica ocasiones sin que el rival detenga su atrevimiento. Mientras, Andy adelantaba metros para llegar más al área de un Adán casi desapercibido. El medio de la Ponferradina tuvo una opción clara de remate en el área al borde del descanso, pero el 1-0 era la realidad de un primer tiempo de control local.

Dormidos salieron ambos contendientes en el segundo tiempo. Ni la Ponferradina decidió arriesgarse más de la cuenta a la caza del empate ni el Betis supo afianzar su dominio con ocasiones. Mel pronto apagó la chispa ofensiva retirando a Jorge Molina para que N'Diaye impusiera su físico y Ceballos creara con menos metros por delante. Pero ahí, el canterano pierde participación. Gaztañaga entró en escena para los visitantes y el conjunto de Manolo Díaz peleó la posesión. Ni Acorán ni Adán lograban desbordar, aunque el Betis tembló en demasía y transmitió sus dudas a un rival sin chispa en ataque.

Mel no termina de encontrar la llave de un juego intermitente. La Ponferradina lo aprovechó sobre la bocina para igualar el marcador tras un penalti de Bruno a Alan después de una pérdida de Dani Ceballos. Jugó con fuego y se quemó. Ante un rival sin apenas pegada, el cuadro bético regaló dos puntos en su camino hacia el ascenso. Una desastrosa segunda parte permitió que la Ponferradina aprovechara su protagonismo y siga agarrado a su opción de pelear por todo.