VILLARREAL 2 - GRANADA 0
Musacchio tumba al Granada
El central recupera su mejor versión y encarrila la victoria del Villarreal. El equipo de Abel rozó el empate con su clara mejoría en la segunda mitad. Gerard sentenció en el 92'.
Volvió Musacchio y volvió el Villarreal. El central argentino lideró la victoria de su equipo tras la última derrota en Barcelona y olvidando su dura lesión. Su gol, con ayuda de Mainz, fue decisivo. Tanto como sus providenciales intervenciones en defensa. Visto el primer tiempo, la predicción más probable hubiera apuntado a una goleada. Analizando el segundo no hubiese sido extraño presenciar un empate. El Submarino jugó con fuego tras perdonar. Y si no se quemó fue porque su defensa brilla, debido a que Asenjo es un gigante y, cómo no, porque Gerard nunca falla. Otro gol y otra asistencia.
El Villarreal del primer periodo volvió a enganchar. Dejó claro en ese tiempo que lo suyo no es contemplar. Ni pensar en otras competiciones. Ni reservarse o especular. Sólo sabe jugar a ganar. Defendiendo con solidaridad y contraatacando con saña. Suyas fueron las cuatro ocasiones. La primera, la de Uche. La más clara, la de Moi. La más bonita, la de Gerard. Y del Villarreal también debió ser un penalti por un inútil pisotón de Insua a Rukavina en una jugada sin peligro. Del Villarreal eran por tanto los méritos y del Granada los agujeros atrás. Menos mal que Nyom vale por tres.
Campbell y Moi desbordaron por dentro al tener muy buenos laterales enfrente. Su sociedad con Bruno fue clave para habilitar a Uche y Gerard, brillantes a esas alturas. El Granada sólo mostraba velocidad en bandas y carencias en la creación. No supo encontrar a Piti y lanzar a Córdoba hasta demasiado tarde. Cuando apareció Fran Rico de forma continuada. Sin intermitencias. Su falta de más protagonismo condenó a su equipo. Lass fue el único que lo intentó desde lejos y Oier se convirtió en su mejor hombre durante demasiado tiempo. Sobran más datos para entender la inferioridad.
El 1-0 (minuto 30) curiosamente cambió el rumbo del partido. El Villarreal empeoró por provocar el correcalles posterior y el Granada, guiado por la necesidad, mordió. La jugada del tanto inicial se inició en una falta en la que el Granada pecó de pardillo, obcecado en que hubiera barrera mientras Bruno sacaba rápido en busca de Gerard. El delantero, escorado en la izquierda junto a la línea de fondo parecía no tener una ubicación trascendental. Pero su centro rápido y duro encontró a Musacchio en el primer palo para empujarla con ayuda de Mainz.
Lo que vino después fue inesperado. El Villarreal perdió el norte. Le faltó temple y le sobró ansia. Y el Granada pasó de sufrir a desplegarse. El equipo de Abel intentó mejorar con los cambios. Y lo consiguió, porque su banquillo tenía más calidad que su once. Musacchio tuvo que multiplicarse para mantener el orden con sus coberturas, su agresividad y amor propio. Marcelino se vio obligado a cambiar entonces. Y qué cosas, metió como revulsivos a varios pilares del proyecto. Entraron Cheryshev, Jonathan y Gio (Vietto se reservó) para intentar burlar la línea más adelantada del Granada. Aun así, no recuperó el control del partido. Lass tuvo el empate y se durmió. Después, Fran Rico obligó a Asenjo a sacar sus reflejos y Piti le hizo estirarse. Hasta se reclamó un penalti a Córdoba. Pero el plan de emergencia de Marcelino, aunque tardó, llegó. En una contra Cheryshev ganó la espalda a la defensa y regaló un gol a Gerard que sentenció al Granada y avisó al Barça de cara a la Copa. Este Villarreal no duda por una aislada derrota.