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ESPAÑOLAS POR EL MUNDO

Patricia Martínez sustituye en el Albi francés a Stephanie Roche

Estuvo a punto de dejar el fútbol por una lesión, pero en Francia ha vuelto a sonreír. Llegó al Albi para cubrir la marcha de la irlandesa Stephanie Roche, tercera del premio Puskas.

Patricia Martínez, delantera del Albi francés.

Patricia Martínez (Ponferrada, León, 1990) reconoce que todo lo bueno que está viviendo en el Albi, de la Primera División francesa, es un sueño y, sobre todo "un premio". Ella es una de las cuatro extranjeras del equipo, junto a una canadiense y dos estadounidenses. Esta delantera leonesa, de 24 años, que estuvo a punto de dejar el fútbol por culpa de una lesión, reconoce que el fútbol le está dando una segunda oportunidad en Francia. Asegura que el fútbol galo le ha sorprendido de forma muy positiva, por el trato, por el fútbol y porque es la primera vez que tiene un contrato laboral como futbolista profesional: "Estoy gratamente sorprendida. De entrada, el trato es increíble. Llevo apenas tres semanas y me siento como en casa. En el club están pendientes de todos los detalles y de que no me falte de nada". 

Patricia califica su llegada al Albi francés, el equipo de fútbol femenino de una pequeña localidad cercana a Toulouse, como "un regalo de Reyes", cuya puntilla para convertirlo en una historia increíble es la circunstancia de que llegó para cubrir la marcha de la delantera irlandesa Stephanie Roche, tercera en el último Premio Puskas de la FIFA, que premia el mejor gol del mundo del año. "No se puede decir que yo sustituya a Stephanie Roche. Creo que es ella la que se dejó sustituir", bromea la delantera de Ponferrada. El fin de semana pasado debutó ante el poderoso PSG, el vigente subcampeón de la liga francesa femenina, ante el que el Albi cayó por 0-4. "No aspiro a marcar un gol tan bonito como mi antecesora. Me conformo con marcar goles que den la victoria a mi equipo", asegura.  

"Con la salida de Stephanie Roche les hacía falta una delantera y me llamaron. Yo estaba jugando en el Sporting de Huelva y no estaba a gusto, así que no lo pensé. Todavía no sé cómo llegaron hasta mí y no lo puedo averiguar porque no hablo francés. Ya me enteraré, pero estoy convencida de que ha sido un regalo de Reyes", desvela la delantera española que, aparte de futbolista, es analista de laboratorio, monitora deportiva y titulada en salvamento y socorrismo.

Otra de las razones por las que Patricia Martínez se siente especialmente afortunada es por poder decir que se siente a todos los niveles como una profesional del fútbol: "Es la primera vez que tengo un contrato profesional como futbolista, con mi seguridad social y con la tranquilidad de que si me lesiono tengo mi baja laboral y sigo cobrando. Me siento muy afortunada porque estoy en el trabajo que más me gusta, me dedico todo el tiempo a ello y cobro un sueldo por ello, que podría ser el de un trabajo medio en España". 

Pero la vida futbolística de Patricia no fue siempre tan idílica. Tras un comienzo muy meteórico, que le llevó con apenas 15 años al Barça, una inoportuna lesión estuvo a punto de dejarla fuera del fútbol:  "Subí muy rápido y cuando caí lo hice también muy rápido y hasta muy abajo. Me pilló en mi mejor momento. Tras haber estado en las categorías inferiores del Barça llegué al Oviedo Moderno. Estaba jugando bien en mi club y también en la Selección española Sub-19, pero una lesión de espalda me dejó seis meses sin poder jugar. Durante este tiempo estuve a base de pastillas, inyecciones, sesiones de fisioterapia... Hasta que un fisioterapeuta vio que podía tener relación con el tobillo. Empezaron a tratármelo y en un mes ya estaba corriendo".

Una vez recuperada, volvió al Barça, ya en el primer equipo, pero entonces le persiguió el fantasma del miedo: "Me sentía con miedo de entrar al choque, de volverme a lesionar y decidí dejarlo. Volví a mi casa y allí jugué en el Ponferrada, en Segunda, y recuperé la confianza que me devolvió a Primera, al fichar por el Sporting de Huelva. En diciembre me surgió la oportunidad de fichar por el fútbol francés y ahora me acuerdo muchas veces de lo que me decían mis familiares y amigos en los malos momentos. Es cierto, el fútbol al final parece que ha sido justo conmigo". 

Patricia reconoce que la Liga francesa, integrada por 12 equipos y donde la mayoría de los partidos se juegan en césped natural, tiene "un nivel superior" a la española. "Se juega un fútbol muy físico y muy rápido, con un fútbol muy técnico. En esta liga el nivel es tan alto que cada vez que te enfrentas a un equipo es como si te enfrentaras a una selección. Lo que más me está costando es adaptarme a la parte física del fútbol", explica.

En las tres semanas que lleva en Francia le ha dado tiempo a ver a los dos gigantes del fútbol femenino francés, el Olympique de Lyon y el PSG, campeón y subcampeón respectivamente. "Estos dos equipos son de otro mundo. Ellos juegan su propia liga y el resto la nuestra. Los sueldos también marcan la diferencia. Lo que cobra una sola jugadora del Lyon o el PSG puede ser todo el presupuesto de nuestro club. Y el otro día me enteré que tienen primas de cerca de 2.000 euros por ganar un partido. Nosotras, en el Albi, recibimos 200 euros de prima por ganar". Otra gran diferencia es la dedicación. "Aquí entreno mañana y tarde, pero pienso seguir estudiando. El lunes empiezo con mis clases de francés y cuando controle un poco el idioma, espero seguir formándome", concluye.