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Riera se rebela contra el olvido

El experico se entrena con el Mallorca a la espera de un equipo. La guerra de Ucrania, los Pozzo y el póker trastocaron sus últimas aventuras.“Me quedan dos o tres años".

ACTUALMENTE. Riera pidió a Miquel Ángel Nadal entrenarse con el Mallorca para no perder la forma.
Miquel Borrás

Sonríe de nuevo Albert Riera, a sus 32 años, pues se considera “un niño con zapatos nuevos” por el mero hecho de volver a entrenarse con un equipo, el Mallorca, que además confía en que el manacorí les refuerce. “No me quiero precipitar, porque creo que todavía me quedan dos o tres años al máximo nivel”, esgrime. El exjugador del Espanyol estuvo por el Power8 recientemente, con motivo de la exitosa eliminatoria de Copa ante el Sevilla que sirvió como revancha a aquella final de Copa UEFA de Glasgow, en 2007, en la que él metió un gol. Y lucha ahora por volver a tener un equipo, en la elite, por volver a jugar, mientras admite: “Es normal que la gente me haya olvidado”.

Riera se rebela contra el olvido
Riera
  • Koper
  • centrocampista
  • España

Esa afirmación la fundamenta Riera en que “en España solo estuve dos años en el Mallorca y otros dos en el Espanyol. El 80 por ciento de mi carrera lo he desarrollado fuera, y Ligas como la turca son más difíciles de seguir cada fin de semana”. Su filosofía es sencilla: “Antes que estar en un campeonato como el español, alemán o inglés y aspirar a la media tabla, prefiero irme a una Liga inferior pero a un equipo campeón, donde pueda ganar títulos y jugar la Champions. Puedo estar equivocado, pero es lo que me motiva”. Porque Riera, que las ha vivido de todos los colores, sentencia: “No estoy harto del fútbol”.

Hasta recalar hace dos semanas en Palma, tras llamar a su excompañero y amigo Miguel Ángel Nadal, el extremo zurdo llevaba un año de calvario. Comenzó en enero de 2014, cuando —aún con seis meses de contrato con Olympiacos— recibe una oferta exótica. “En Grecia no me habían dicho si me quedaría o no, así que me llama el Metalist Kharkiv de la Liga de Ucrania... Y me voy”. Ya había rumores de guerra, pero precisamente su hermano Sito estaba ya en el país, en el Chernomorets, y le asegura que el conflicto lejos de Kiev ni se percibe, “solo lo que dan por la televisión”. Además, el Metalist está realizando la pretemporada en Oliva, Valencia, por lo que el riesgo es mínimo. “Pero semanas más tarde, justo cuando debíamos ir hacia Ucrania, la Liga se cancela por la guerra. El presidente del club, íntimo del hijo del presidente Viktor Yanukóvich, se va del país con ellos. Y el club cancela contratos, apartamentos... Nos rescinde. No cobré ni un euro, pero ni falta que hace”.

Así que Riera sortea la guerra, pero no los conflictos. A inicios de abril, ya libre, recibe la llamada de la familia Pozzo, exaccionista del Espanyol y propietaria del Udinese. “Me ofrecen un buen contrato y a mí me apetece vivir en Italia, así que acepto”. Pero nunca llega a jugar con ellos. “Me firmaron dos años de contrato, pero pronto veo que lo que pretenden es aprovechar que me cogieron libre para venderme a otro club y sacar beneficio. Al final, el 3 de septiembre pasado me comunican que no cuentan conmigo, me apartan del equipo”, narra. “Lo que querían es que me fuera, pues no me dejan jugar, aun sabiendo que hasta el mercado de invierno no podré salir, y me hacen entrenarme en dobles sesiones y otros desprecios”.

Y llega el famoso episodio del póker, que desemboca en su rescisión y que Riera pretende aclarar: “Me fui a jugar un torneo con permiso del entrenador, que me había permitido no ir a los partidos del Udinese. Además, yo ese día me había entrenado y al siguiente tenía libre. Y el partido era a las tres mientras que el torneo comenzaba a las siete. Pero gano, salgo en la foto y alguien cercano al club lo hace público para crearme mala imagen”. Finalmente, rescinde con Udinese perdonando año y medio de contrato. “Me parece insólito lo del póker, es un hobby como jugar a golf o ir en barca”.

El Espanyol. Este último año no ha empañado la alegría de Riera, quien reconoce que “en el Galatasaray es donde he estado más cómodo, con una afición muy fanática pero que te permite vivir con tranquilidad” y recuerda que “en Liverpool, el primer año fue bueno pero el segundo no tanto, ya que perdimos a jugadores importantes como Xabi Alonso”. Eso sí, “Gerrard y Torres son los futbolistas con los que más he disfrutado”.

De su etapa perica, el manacorí afirma que “del Espanyol guardo muy buenos recuerdos. Pese a las limitaciones que había, el club perico hace las cosas muy bien”. “El día de la final de la UEFA fue increíble en mi vida”, evoca, aunque explica que “la salvación es el primer objetivo y al jugador le gusta luchar por títulos. En el Liverpool pugnas por la Liga y la Champions y en el Galatasaray u Olympiacos estás obligado a ganar la Liga”.

Sobre quien sí tiene palabras de elogios sin paliativos es para el actual capitán perico: “Sergio García ha llegado al momento más importante de su carrera, tiene mucha confianza y su nivel es máximo, ya no solo en goles y asistencias. Se siente importante”.

El nivel de Riera también era superlativo cuando, junto a Raúl Tamudo y Sergio García, ayudó a la Selección a acceder a la Eurocopa en aquel 1-3 de 2007 en Dinamarca. “Lo recuerdo como si fuera hoy, seguramente el partido que más recuerdo. La gente estaba más callada de lo normal así que después de ganar se desató la euforia. Fue el encuentro en el que nació el tiqui-taca, pero en aquel momento nadie era consciente de que había contribuido a cambiar la historia”.

Un final de temporada mediocre con el Espanyol le apartó de la Eurocopa. “El rencor no sirve de nada y alguna culpa tendría yo también”, asume. Porque Riera no se hunde con calvarios pasados, sino que sueña con el futuro: “Me gustaría jugar hasta los 40”.