Lasa: "Mi gol al Sevilla desde 58 metros me lo recuerdan siempre"

El jueves se cumplen 20 años del gol de Mikel Lasa al Sevilla desde 58 metros. Un golazo. Aquel Madrid acabó ganando la Liga (94-95) con Valdano en el banquillo. Mikel es ahora entrenador de fútbol con licencia UEFA PRO y se encuentra a la espera de una oportunidad. Repasa con AS cómo fue aquel tanto inolvidable (la portada de AS del 6 de febrero de 1995 fue en honor a su gol)

-20 años. Cómo pasan los años…

-Ni sabía ni me acordaba de este cumpleaños. No tengo la hemeroteca que tienen ustedes, pero me alegra la llamada conmemorativa.

-¿Se acuerda bien de cómo fue el gol y la jugada?

-Me acuerda de todo. La gente me lo hace recordar continuamente. Un día sí y otro también. Gente que me dice: “Me acuerdo de ese gol que marcaste desde el centro del campo”. Fue un tanto inusual por la distancia y por el lugar donde se produjo, el Santiago Bernabéu.

-Es una bonita carta de presentación…

-Hay gente que sin conocerme mucho me dice lo del gol. No se acuerdan tanto del rival y del portero. Pero tras una simple aclaración por mi parte (risas) me hacen recordar aquel día y tal vez por eso me funcione la memoria.

-Se lo habrán preguntado muchas veces, ¿fue el gol más bonito de su carrera?

-Fue el más espectacular, por la trascendencia y lo metros de distancia (58 metros). Pero le tengo más cariño al gol de la final de la Copa del Rey con el Zaragoza. Era el 0-2 y quedamos campeones de Copa. Aquel fue el primer título que conseguía a nivel de club. Me enorgulleció bastante, la verdad.

-Cierto, hasta 2011 fue el último título de Copa del Real Madrid…

Me llamaban todos los años desde Madrid por el tema del gol de la Copa del Rey. Pasaron Zidane, Figo, Beckham, Ronaldo… y ¡mi nombre seguía aún ahí! Se me hacía un poco raro (risas). Me ha quitado este honor Cristiano con aquel cabezazo ante el Barça y dos años después Bale.

-¿Me puede describir cómo se produjo aquel gol suyo al Sevilla?

-Íbamos 1-0 y el Sevilla iba apretando. Estábamos en el minuto 91 y el Sevilla tenía un córner y subieron todos porque parecía la última jugada del partido. Entonces, me di cuenta de que Unzúe se quedó en el centro del campo. Sorprendió que sacaran el saque de esquina en corto, para Suker, que dribló a Michael (Laudrup), pero yo le metí la pierna derecha y el balón se me quedó largo. En décimas de segundo me vino la imagen de Unzúe adelantado y chuté sin pensarlo.

-Dice que se fijó en la posición de Unzúe antes de sacarse el córner…

-Sí, me había fijado que subió al centro del campo como era lógico, pero pensaba que iba a sacar directo. Eso se te queda en la memoria e instintivamente me salió el golpeo.

-Ese gol no se puede entrenar. De ahí el factor intuitivo de este deporte más allá de tácticas, ¿no?

-A veces cuando terminan los entrenamientos la gente se queda a tirar córners o faltas, pero es cierto que no es habitual ensayar este tipo de lanzamientos.

-¿Intentó repetirlo después?

-Me acuerdo que me llamó el programa de Xavier Sardá (Crónicas Marcianas). Me hizo intentarlo a mí y más gente. Calentando metí un par de ellos, pero cuando se estaba grabando no metí ninguno (risas). Fue un gol un poco complicado.

-¿Y lo intentó en algún partido?

-No, qué va. No se dio la oportunidad. ¿Sabe lo que realmente recuerdo?

-Dígame…

-De Suker. Al año siguiente vino al Madrid y le decía: “Tío, me hiciste internacional”. Y él seguía bromeando: “Algo de dinero me tienes que dar porque te hice famoso” (risas).

-¿Y en su memoria qué goles recuerda como el suyo?

-Me acuerdo el de Santi Aragón. Otro de Rivaldo. Otro espectacular de Seedorf contra el Atlético. Fueron más cercanos pero más espectaculares. Este tipo de goles lo que hacen es ponerte al pie del cañón mediático porque es raro ver un tanto así en un campo de fútbol.

-¿Y con Unzúe qué tal?

Estuve hace poco con él con motivo del partido entre la Real y el Barça y siempre tenemos el cachondeo ese. Se recuerda el gol, pero nos tomamos las cosas con más tranquilidad.