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NUMANCIA 1 - BETIS 1

El Numancia congela las ideas verdiblancas

El Betis no pasa del empate en Soria pese a disponer de varias ocasiones. Regalón aprovechó la inocencia bética atrás y Rubén Castro puso las tablas antes del descanso.

Instante del partido.
Instante del partido.

El Betis se quedó sin ideas bajo el frío de Soria y no pasó del empate ante un Numancia que se adelantó en el marcador y que supo apagar la capacidad de creación de los verdiblancos, incapaces de aprovechar espacios ni inventar caminos improvisados.

Los primeros minutos reflejaron la batalla de intenciones. Pacheco encontró un camino libre por el flanco izquierdo y Rubén Castro erró cuando tenía todo de cara para poner el primero ante Biel Ribas.

El Betis quiere el balón desde que Mel aterrizó en su banquillo. Anquela quiso frenar esa intención de posesión con una intensa presión a Dani Ceballos. Pese a dos ocasiones claras de los verdiblancos propiciadas por jugadas aisladas, el Numancia fue el que golpeó primero. Lo hizo a balón parado, con un tímido Adán y unos centrales que permitieron que Regalón rematara a pocos centímetros de la línea de gol.

Una acción brillante supuso la igualada. Rubén Castro realizó una pared perfecta con Jorge Molina y definió ante Biel Ribas para ajustar las cuentas.

El escenario cambió. El Betis tomó el mando y quiso que Portillo y Dani Ceballos tomaran el liderazgo obligado sobre el césped. El frío congeló las ideas del cuadro de Mel al tiempo que Julio Álvarez templaba los ritmos del encuentro. Sergi Enrich tiró de ímpetu para ser una pesadilla para Jordi y Bruno, más nerviosos de lo que acostumbran.

Tras el descanso, Mel movió piezas sin encontrar nunca el reflejo de sus intenciones. No funcionó Ceballos en la medular ni lo hizo cuando entró Lolo Reyes y tuvo más libertad. Ahogado cada vez que tomaba el control del balón, el canterano se marchó antes de tiempo y los verdiblancos confiaron en las bandas para hacer daño a un Numancia que buscaba el contragolpe y la visión de Julio Álvarez como baza letal.

El nivel de asociación no se pareció al de citas precedentes. Íñigo Pérez estorbó cualquier arranque de control de los medios béticos, que sólo lograban respirar cuando Jorge Molina pausaba el proceso esperando compañeros y no acelerando la precipitación. Una y otra vez, Molinero buscada sin éxito en largo a sus compañeros. Era el reflejo de que los deseos béticos no encontraban el modo de trasladarse al césped de Los Pajaritos.

Rennella fue la última apuesta de Mel para revolucionar el duelo. Pero nunca optó a desequilibrar unas tablas que persistieron y que rompen la racha de tres victorias consecutivas del cuadro bético. Soria congeló las ideas verdiblancas. Sólo la chispa de su ataque no bastó para tumbar al que llegaba a la cita como el peor local de esta Liga Adelante. El Numancia sueña a la estela de una mejoría eficaz. Sostuvo a un candidato al ascenso sin siquiera mostrar su mejor versión. Ni Mel ni Anquela sonrieron bajo el frío de una batalla en la que escasearon las ideas.