Sara Serrat: "A la portería ya no van las peores jugadoras"

Sara Serrat (Huelva, 1995) se estrenó la semana pasada en su primera concentración con la Selección Absoluta, que este verano jugará su primer Mundial, el de Canadá, tras la lesión de última hora de la portera titular, Ainhoa Tirapu, del Athletic. La guardameta del Sporting de Huelva ha pasado por todas las categorías de La Roja, desde su primera convocatoria con la Sub-16, donde la entrena desde entonces, Manuel Amieiro, el que fuera el primer entrenador de su gran ídolo, Iker Casillas. Sara argumenta que el papel de las porteras se ha ido dignificando: "En España el nivel de las guardametas es muy alto. Ahora la mayoría de los equipos de fútbol femenino tienen preparador específico y a la portería ya no van las peores jugadoras".  

Sara Serrat se ha encontrado la pasada semana en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas entre las mejores guardametas de España: "Veía muy lejano el día de entrenarme con la Absoluta, pero la lesión de Ainhoa me ha permitido estar aquí. La verdad es que ha sido un placer y una suerte compartir entrenamientos con las mejores porteras, como Lola Gallardo y Sandra Paños, y con jugadoras como Vero Boquete, Sonia, Ruth...". 

Sara es una jugadora precoz. Debutó en Primera División, con el Sporting de Huelva, con tan solo 14 años, y desvela que su llegada a la portería fue de casualidad, con una historia detrás de idas y venidas del fútbol: "Empecé jugando al fútbol con los chicos, siempre de portera porque entonces las niñas, que en teoría se nos consideraba que éramos peores, íbamos a la portería. Luego estuve jugando en un equipo de lateral derecho hasta que con 8 años dejé el fútbol porque tenía que estudiar. Ya con 13 volví a retomar una actividad extraescolar y entonces pude elegir entre baile moderno y fútbol, pero como a mi padre no le gustaba el baile moderno, pues regresé al fútbol".

En su segunda etapa en el fútbol, ya en el Sporting de Huelva, volvió a ubicarse como jugadora de campo, de lateral derecho. Pero el destino volvió a colocarla en la portería. "Un día tenía el tobillo mal y no podía correr. Entonces el entrenador me puso en la portería. Me gustó sobre todo porque lo hice bien en un puesto que no era el mío", relata la portera onubense. 

Desde entonces, Sara, a la que en el Sporting le llaman cariñosamente 'Sarita', no ha parado de crecer deportivamente, aunque reconoce que todavía su punto más débil como portera es el juego con el pie. Ése es el motivo en el que más se fija en sus dos ídolos en la portería, Iker Casillas y su compañera de la Selección, Sandra Paños: "Siempre me he fijado en Iker Casillas. Es el mejor. Nunca entendí que algunos madridistas le criticaran. En lo que más me fijo de él es en su seguridad con los pies, su saque y, sobre todo, en su comunicación con los compañeros. Saber organizar bien a tu defensa es una gran virtud que debe tener todo buen portero. Admiro mucho a mi compañera Sandra Paños, le gusta jugar con el pie y lo hace fenomenal. Con Amieiro he crecido mucho como portera y espero seguir haciéndolo".