Manucho deprime a la Real de Moyes y enfada a Anoeta

Mateus Alberto Contreiras Gonçalves, más conocido como Manucho. Es el gran protagonista de la victoria del Rayo Vallecano en Anoeta contra la Real Sociedad y que sirve para aplacar el 'efecto Moyes', porque el técnico escocés no había perdido todavía ningún partido delante de su afición. Manucho ha decidido con un cabezazo inapelable a falta de diez minutos un partido que iba encaminado de forma prácticamente irremediable hacia el empate triste sin goles. Y llegaba justo cuando más sufría el Rayo y cuando más buscaba la victoria la Real, aunque sin ideas y con pequeños arranques de garra, con detallitos de Agirretxe y Vela que terminaban siempre en nada. Ze Castro y Baena han dado una lección de cómo sostener a un equipo para lanzarlo hacia el triunfo en alguna jugada aislada, como la del gol decisivo de Manucho.

Ya en la primera parte, el Rayo Vallecano ha salido más enchufado que la Real Sociedad, que de nuevo se ha vuelto a mostrar contemplativa y ha dejado toda la iniciativa al conjunto vallecano, que sin hacer grandes alardes, ha mostrado mucha más personalidad que los donostiarras y ha tratado de jugar más la pelota. Aún así, ha sido la Real la que ha tenido la mejor ocasión del primer periodo, una buena acción de Agirretxe dentro del área, se revolvía en línea de fondo y su disparo muy escorado lo detenía con cierto apuros Toño.

También la polémica ha tenido lugar en el área vallecana, un posible derribo de Abdoulaye a Carlos Vela que el colegiado no consideraba suficiente como para pitar penalti. Al mexicano le han cosido a faltas y apenas ha podido entrar en juego antes del descanso, porque la defensa del Rayo se ha empleado con mucha dureza cada vez que cogía la pelota. Más allá de esas acciones, el partido ha tenido muy poca historia... hasta que Manucho de forma incomprensible, con la portería vacía, no acertaba a meter la puntera de su bota para poner al Rayo con ventaja. 

Menos mal quelo ha arreglado al final del partido. Menos mal para el Rayo, que termina la primera vuelta fuera de peligro, en la zona templada, porque a la Real le provoca una urticaria importante. Mucho tendrá que cambiar en la segunda vuelta si no quiere pasar apuros al final de temporada. La grada mostró ya su malestar y despidió a su equipo con una mezcla de silbidos y de indiferencia.