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LEVANTE 0 - DEPORTIVO 0

Mariño deja insatisfecho a un Depor que mereció algo más

El meta granota salvó a un Levante que no disparó a portería en 90 minutos.

Valencia
Mariño deja insatisfecho a un Depor que mereció algo más
EFE

Deportivo y Levante demostraron ayer, una vez más, que están llamados a pasarlo seriamente mal esta temporada. Al menos en cuanto a prestaciones se refiere. Sobre todo los granotas que no tienen ya esas señas de identidad que le llevaron incluso a jugar en Europa no hace mucho ni la fortaleza de un estadio del que parece bastante fácil salir vivo y con algún botín.

Poco (o nada) que contar en una primera mitad en la que el fútbol brilló por su ausencia. Ni ocasiones de peligro, ni sin peligro, ni una combinación de más de tres pases ni apenas intensidad. ¿Demasiado respeto? Quizá. ¿Presión? ¿Responsabilidad? Puede ser. Pero al margen de dos penaltis que reclamaron los gallegos en el área granota por dos manos involuntarias e inocentes, no punibles, y un gol anulado a Lopo por claro fuera de juego, muy poco más. Sólo un minuto (entre el 35 y el 36) de ‘locura’ en el que Cavaleiro soltó un derechazo desde fuera del área que acabó en la grada y acto seguido tuvo un balón franco en la cabeza pero se encontró con Mariño. Llegó más el Depor, sí. Pero como si nada.

El segundo acto empezó más vivo. Con otro aire. El Depor salió más mandón y asedió el arco azulgrana en los primeros cinco minutos. Pero se encontró de nuevo con un Mariño bastante inspirado. Primero Toché y luego Sidnei lo probaron. Y el meta respondió. Esta mini salida en tromba de los gallegos pareció alentar a un Levante que, por lo menos, empezó a asomar arriba y el público pudo comprobar que Fabricio estaba jugando y en el campo aunque sólo fuera para sacar de portería, porque entre los tres palos, los granotas, ni tiraron.

Si el partido tenía, pues, algún aliciente era ver a Oriol Riera en funcionamiento. Fue el primer cambio de Víctor, pero pasó más bien desapercibido de no ser por la pitada que le brindó el Ciutat de València por preferir a los gallegos antes que al Levante.