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Real Madrid | La intrahistoria

El Mundialito logró elevar la ‘Jamesmanía’ en Colombia

Pese a estar a 7.500 kilómetros, se vivió con pasión. Con cada gran partido en el Madrid, los vendedores hacen caja con sus camisetas y objetos.

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El Mundialito logró elevar la ‘Jamesmanía’ en Colombia
AStv

El fin de semana pasado los colombianos empezaron el día con dos buenas noticias deportivas. Primero la titularidad y gol de Falcao, quien ya ha sufrido bastante a causa de las lesiones en 2014, y más tarde la confirmación de que James estaba al cien por cien físicamente y sería titular en la final del Mundial de Clubes. Todo servido para una nueva jornada dedicada a la Jamesmanía...

A las 14:30 horas del sábado, miles de televisores y radios se sintonizaron con la transmisión desde Marrakech que terminó con festejo madridista. Los fanáticos vieron o escucharon en vivo cómo el ídolo más querido de los últimos tiempos dio la vuelta olímpica acompañado por esas estrellas del fútbol que convierten finales en partidos de trámite.

Cuesta creer que el Mundialito no haya merecido festejo en Cibeles, después de ver el despliegue que le dieron los medios colombianos al triunfo del Madrid. O sería mejor decir, al triunfo de James con el Madrid. Desde que el 10 aterrizó en Barajas en julio, todas las noticias del Real Madrid vienen acompañadas con el nombre del goleador de la Copa del Mundo.

Enfado. Si bien, antes del Mundial de Brasil, James no era la mega estrella que es hoy en día. En Colombia era considerado como un talentoso con gran futuro. Por eso, cuando el técnico Ranieri dijo que no jugaba en Mónaco porque tenía “un problema de mentalidad” los hinchas sintieron como propio ese desaire y consideraron que había sido un error que hubiera aceptado la oferta del magnate Ryobolovlev.

Por eso, su llegada al Madrid tiene un significado especial. Además de ser uno de los clubes más grandes del mundo, ahora es un equipo cercano. James generó un vínculo que se hace evidente cada vez que el equipo juega: los niños visten su uniforme, los vendedores llenan la caja con la venta de camisetas y los medios abren sus secciones deportivas con sus conquistas. El Mundialito no fue la excepción.

En Marruecos, James besó el trofeo de campeón con la alegría de la primera vez. A más de 7.500 kilómetros de distancia los colombianos no se perdieron ningún detalle...