Juan Merino se despide contra un Racing ‘light’, sin Koné

Brillará el Benito Villamarín con la ilusión de despedir el año muy cerca o incluso en los dos puestos de ascenso. Brillará porque son tres las victorias ligueras consecutivas que cosecha su equipo antes de Navidad, aunque en Copa, en Almeria y eliminado con una pobre imagen, volveria a dar la de arena. Ésa falta de brillantez en el juego ha dejado quizá a Juan Merino sin opciones de ocupar de manera no interina un banquillo que el lunes tomará Pepe Mel, hoy en el palco. Y Mel, sin duda, es lo que más hará brillar a una grada mayoritariamente ilusionada con el regreso del madrileño.

Así que no podrá pescar en río revuelto el necesitado Racing, un equipo bien plantado y dirigido al que está condenando a los puestos de descenso la falta de gol. Para colmo de males, Paco Fernández decidió no convocar a su indiscutible estrella, Koné, por “falto de forma” o, quizá, por algo más borroso. Seis partidos sin el marfileño, seis derrotas. Koné viajó a Sevilla de turismo, para coger un vuelo hacia París, pero quién sabe si las macabras matemáticas harán recapacitar a Fernández y meter en el once (o al menos en el banquillo) a su punta más desequilibrante.

Con las bajas de los sancionados Molinero y Torres, Merino apunta a repetir el resto del once que sumó en Lugo el tercer triunfo de Liga seguido. Con los canteranos Ceballos y Varela jugando y con otro, Fabián, en la lista. Ése y nueve o 10-12 puntos, es el legado de un entrenador “de la casa “que quiere irse con una inmaculada hoja de servicios liguera y, tal vez, en puestos de ascenso.