FÚTBOL
Patricia Campos, de piloto del Ejército a voluntaria de fútbol
Fue la primera piloto de reactor en España, pero su pasión es el fútbol. Se va a Uganda con Fútbol Sin Fronteras. Este domingo celebra un amistoso En El Cerro para recaudar fondos.
Es una pionera con todas las letras, pero, ante todo, se define como una mujer "luchadora". Patricia Campos Domenech (Onda, Castellón, 1977) se convirtió en la primera mujer piloto de reactor de España, y de momento, sigue siendo la única. Ser piloto le ha permitido trabajar en el Ejército, concretamente en la Armada, pero su gran pasión siempre ha sido el fútbol, deporte que ha practicado desde pequeña.
Por eso, cuando le surgió la oportunidad de convertirse en la primera española entrenadora profesional de un equipo de fútbol femenino en Estados Unidos no lo dudó. Pidió la excedencia en el Ejército y se marchó a Carlsbad, en California, para entrenar al Carlsbad United. Ahora, en enero se va a Kampala-Uganda, como voluntaria de la ONG Soccer Without Borders (Fútbol Sin Fronteras).
En su breve paso por España antes de marcharse al país africano, donde tiene previsto permanecer un año, ha promovido un amistoso para este domingo (13:00 horas) en El Cerro del Espino (Madrid), con el fin de recaudar fondos para su proyecto. El partido, con aportación voluntaria de los asistentes, enfrentará al Atlético Féminas contra el equipo que encabeza ella misma, Amigas de Fútbol Sin Fronteras, y que contará con la participación de mujeres destacadas de diferentes ámbitos y mujeres periodistas, entre las que se encuentra nuestra compañera de AS TV, Marina Romero. "Espero que vaya mucha gente al Cerro, es una forma ayudar al proyecto y de dar visibilidad al fútbol femenino"
Inconformista y reivindicativa, empezó a jugar al fútbol con los chicos en su pueblo, Onda, hasta que el reglamento se lo permitió. Luego jugó en el equipo de la Universidad de Valencia, donde estudió Comunicación Audiovisual, en el Villarreal y, finalmente, en el equipo de fútbol de las chicas estadounidenses de la base militar de Rota (Cádiz). Allí es donde conoció la posibilidad de ir a entrenar al Carlsbad United. En Estados Unidos ha vivido muy de cerca la polémica sobre la celebración del Mundial de Canadá en césped artificial: "Es una tomadura de pelo y una falta de respeto que las mujeres jueguen su Mundial en una superficie diferente a donde lo hacen los hombres. En Estados Unidos las futbolistas son famosas y muy respetadas, por lo que la polémica con la FIFA se ha vivido con mucha indignación".
En Kampala-Uganda tendrá que luchar por otras cosas. "Allí el problema no es el césped porque juegan en tierra, que muchas veces está mezclada con cristales, y con los pies descalzos. El objetivo es ayudar a la integración de los niños más desfavorecidos, fomentar la igualdad y el derecho a la educación de las mujeres".
Esta polifacética castellonense (aparte de ser licenciada en Comunicación Audiovisual, pilotar y jugar al fútbol, toca la trompeta) se ha propuesto cambiar el mundo. O, por lo menos intentarlo. Será en 2015, en Uganda, donde espera que en su trabajo como voluntaria el fútbol no tenga fronteras.