Colegio Español de Rabat
“Pasará un siglo hasta ver al Real Madrid por aquí de nuevo”
Desencanto entre los alumnos marroquíes y españoles porque la FIFA se llevó a Marrakech el partido. "Ibamos a haber ido al estadio, pero ahora lo veremos por la tele...”
La Rue de Khérifa, en Rabat, era ayer una de las calles de la ciudad en las que mayor decepción se podía respirar por la decisión de la FIFA de llevar el partido del Madrid a Marrakech. En el número 7 se encuentra el Colegio Español de Rabat, donde estudian 750 alumnos desde los 3 hasta los 18 años. El 90% del alumnado es marroquí. “Vienen aquí por afinidad a nuestro país o porque les gustamos más que un colegio francés. Este centro empezó en 1996”, explica el director, Luis Badosa, de 52 años. Siguen el mismo programa de estudios que en España y el árabe lo tienen también como lengua obligatoria. Eduardo Hernández, secretario y profesor de Educación Física, recibe a AS y explica el desencanto general: “Íbamos haber ido a Rabat a ver el partido. Ahora no tenemos otro remedio que verlo por la tele. Conozco a gente que venía de Ceuta y todo para ver el encuentro. La gente está muy cabreada. Puede pasar un siglo hasta que vuelva el Madrid”.
Un padre, Nabyl (41 años), lleva al Madrid en las venas. Sus hijas de 11 y 6 años, también. Tiene entradas desde hace dos meses y no quiere desperdiciar la oportunidad. “Ya hemos dicho a sus profesores que no van a ir a clase mañana”. Rachid, otro padre, se mete en la conversación: “Yo también voy a ir a Marrakech, pero soy del Barça. ¡Alguien tiene que animar al Cruz Azul!”. Sorprende percibir el ambiente cuando se habla del Madrid-Barça. Tal vez la LFP podía tomar nota de lo que ocurre en este centro porque un niño de 11 años llamado Ismael, de madre marroquí y padre español, nos da una lección: “A mí me da igual el Barça. No es un enemigo sino un rival. No hay por qué insultarles ni menospreciarles”. La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo, decía Mandela.
Decepción. Rachid es el bedel y el que tiene todas las llaves. Y la más importante, la de los balones de fútbol. “Los chavales no están hablando de otra cosa en los pasillos y los recreos”, comenta. El Colegio tiene equipos de fútbol y baloncesto en Primaria y Secundaria. La escuela de fútbol la componen 150 chicos y chicas como Hejar, de 10 años, que juega al fútbol sala. Maysae, otra niña de 10 años, es del Atlético porque hasta hace dos vivía en Mocejón (Toledo) y allí un entrenador de la Fundación del Atlético llamado Óscar fue su técnico.
El profesor de Educación Física, el argentino Jorge Baumann, nos recibe en el gimnasio equipado con el chándal completo del Madrid: “Trabajé ocho años con la Fundación del Real Madrid. Lo de cambiar el partido de sede es una faena para todos”. Nos cruzamos con Mohamed Liman, de 8 años, que andaba triste por el patio. Señores de la FIFA, aquí la ilusión rota de un niño: sus hermanos Fadel, de 16 años, y Mamine, de 14, sí viajan hoy hasta Marrakech junto a su padre Maoulainin (58). “No me dejan viajar porque dicen que soy pequeño”, lamentaba.
Mohamed Ifuku, de 4º A de la ESO, se marchó por la tarde al entrenamiento con la camiseta de Özil: “Ponga por favor en el AS que hay mucho madridista en Marruecos y que la FIFA no lo ha hecho bien”. Puesto está.