ELCHE | DAVID VIDAL
"Para ganar en Riazor, el Elche tiene que atarse los machos"
Estuvo seis años en La Coruña. Al Elche lo salvó del descenso e ilusionó a una afición que estaba de capa caída. Fueron tres años que recuerda con mucho cariño.
Depor y Elche llegan a Riazor con el agua al cuello. ¿Qué espera esta noche?
El Depor viene de jugar un partido notable ante el Málaga, ante el que creó muchas ocasiones de gol. Juega realmente bien en casa. Si el Elche quiere ganar en Riazor, tendrá que atarse los machos. Escribá debe plantear tácticamente bien el partido si no quiere caer derrotado. Son dos equipos que no merecen estar tan abajo.
Si es así, ¿qué les ha fallado?
Tienen problemas para marcar. En Primera División, los equipos de abajo necesitan diez ocasiones para hacer dos goles. Los de arriba, apenas cuatro. La clave está en llegar mucho al área de penalti.
En Elche tiene una plantilla corta, con 20 jugadores, ¿es un problema a estas alturas?
Es posible, pero también disponen de un filial en Segunda División B. A Escribá le dieron un carnet para formar, educar y proyectar futbolistas. La palabra “entrenador” está mal usada porque somos profesores de táctica y estrategia. El que entrena es el preparador físico. No somos alineadores de jugadores, sino que también tenemos que mirar hacia la cantera.
¿Qué solución le ve al Elche?
Para el Elche sería una catástrofe descender a Segunda División. En Primera División necesita a dos autobuses por delante de la defensa para romper el juego rival. A calidad le pueden ganar muchos equipos. Aquí ya no es un gallito.
¿Y qué ambiente espera en las gradas de Riazor?
Lo primero que tengo que decir es que, para mí, jugar en el Depor y entrenar al Elche han sido dos de las mejores cosas que me han pasado en la vida. Son dos clubes con excepcionales aficiones. El fútbol es una fiesta, un arte, un espectáculo. Los padres van al estadio con sus hijos y los abuelos, con sus nietos. No puede haber aficionados que se dediquen a insultar porque los jugadores son deportistas y personas. Se merecen un respeto como trabajadores que son. Se dedican a lo que saben.