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Café, Copa y Fútbol | Pasión Vega

“Estoy enamorada de Guardiola desde que era futbolista”

Se llama Ana pero su nombre artístico le viene clavado. Su fascinación por el fútbol tiene mucho que ver con Guardiola, de quien asegura estar desde siempre enamorada.

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“Estoy enamorada de Guardiola desde que era futbolista”

El próximo lunes, 15-D, presenta en el Teatro Real de Madrid su última obra, ¿impresiona el acontecimiento?

—Claro que impresiona, ¡fíjate que sitio! Además es el estreno absoluto de todas las canciones del disco. Voy a estar acompañada por más de 60 profesores de la Orquesta de la Comunidad de Madrid, aparte de los músicos que trabajan conmigo.

—Un homenaje a Carlos Cano por todo lo alto.

—Sí, lo tenía pensado desde hace tiempo. Carlos era un tipo grande, genial y toda su obra, una maravilla. El disco es sensacional gracias, entre otras cosas, a los arreglos de Fernando Velázquez, autor de la banda sonora de películas como Lo imposible y El orfanato. También participa la orquesta de Radiotelevisión Española y tengo el honor de contar, también, con la colaboración de María Dolores Pradera, con quien canto Aires de cuna.

—Está usted en su gran momento, en la fase final de la Champions de su carrera.

—Cada uno de mis proyectos es un proceso de progreso y aprendizaje. Me gusta esa sensación de aventura que encierran. Arriesgo bastante porque creo que el público se lo merece. Podría ir por el terreno más fácil, pero no es lo mío.

—¿Cómo ha cambiado desde que participó en el Festival de Benidorm allá por los años 90?

—Uf, acababa de grabar mi primer disco con una pequeña compañía de Sevilla y han cambiado muchas cosas. He vivido momentos que nunca habría imaginado. Ni en el mejor de mis sueños se habría reflejado lo que ha sido en realidad mi carrera. Soy una mujer muy afortunada.

—¿Cómo ha sentido la tragedia que ocurrió el domingo pasado junto al Vicente Calderón?

—Es horrible y todavía estoy temblando. No veo el sentido de muchas cosas que ocurren en el mundo y matarse por el fútbol es una de ellas. ¡Qué barbaridad! Cada vez que lo pienso se me pone la carne de gallina. ¡Qué imágenes! Apalear a alguien, partirle la cabeza y luego tirarlo al río. ¡Horrible! Bueno, hay que estar muy desequilibrado para llegar a eso. Aunque pienso que estos sucesos se podrían evitar poniendo las medidas precisas.

—Nació en Madrid, se crió en Málaga, vive en Cádiz y es del Barça, menudo follón.

—(Ríe), sí, Madrid es mi cuna, y le tengo mucho cariño porque aquí vive mi familia, mis tías queridas, y a Madrid venía de vacaciones mientras otros niños se iban a la playa. Y lo del Barça, pues… ya veis.

—Usted dirá.

—Tengo que confesar una cosa…. me encanta Guardiola, estoy enamorada de él (gran carcajada).

—¿Se lo ha dicho a la cara?

—No, porque no nos conocemos. Y espero que no lo sepa nunca, que vergüenza.

—¿Y cuándo le echó el ojo?

—Cuando era jugador. Era monísimo, muy listo, educado y elegante. En fin, que siempre me ha encantado.

—¿Qué es lo que más le gusta de Pep?

—En el mundo del fútbol se echa mucho de menos a gente que sepa expresarse, con sensibilidad artística, de buenas maneras. Los futbolistas profesionales suelen ser muy básicos, son muy jóvenes y viven en un mundo muy cerrado y dejan de lado, normalmente, su formación cultural. A lo mejor me equivoco, pero Guardiola no me parece de esos, no sé, le supongo un punto más refinado, pero a lo mejor me llevo un chasco si llego a conocerle.

—Y por extensión le gusta el Barça.

—¡Claro que sí! Aunque ahora les veo un poco menos finos que antes.

—¿Y a quién considera el mejor jugador del mundo?

—A Messi. Me gusta mucho cómo juega, creo que tiene mucho arte con el balón y a mí me gustan los futbolistas con arte. Y luego tiene una buena historia de superación personal con esos problemas físicos que padeció de pequeño.

—¿Y qué sensaciones le provoca Cristiano Ronaldo?

—Hombre, siempre me ha dado una imagen de sobrado, pero no sé. Además, no me parece que necesite tanto los premios como otros porque me parece que lo tiene todo.

—Precisamente eso es lo que más ansía, más premios, más Balones de Oro, más reconocimiento.

—Sí, es verdad, es muy ambicioso. Y, mira, eso no es malo en un deportista.

—¿Algún otro futbolista que le ha fascinado?

—También me gusta mucho Iniesta. Es otro artista y metió el gol del Mundial. Soluciona las papeletas a tiempo.

—¿A qué le suena Vicente Del Bosque?

—Creo que es un hombre muy honesto, me gusta ese hombre.

—¿Cree que debería haber dejado la Selección tras el fracaso del Mundial de Brasil?

—Es que a veces aquí somos muy crueles con la gente. Enseguida nos olvidamos de las cosas grandes que uno ha hecho. En cuanto tropiezas, ¡zas! te espera el palo, y eso no debe ser así. Ese hombre nos ha dado muchas alegrías y hay que tratarle con mimo.

—Ahora que no está Guardiola en el Barça ¿qué le parece Luis Enrique?

—No me gusta tanto. ¿Ahora está peor el Barcelona, no? Bueno, no quiero que se enfade nadie. ¿No me vais a preguntar por Sergio Ramos?

—Faltaría más. ¿Le gusta Ramos?

—Mucho, me cae muy bien. Le gusta mucho la música y el flamenco. Y juega muy bien, con mucha seguridad y nervio.

—¿Y qué me dice de Casillas?

—Iker siempre me ha parecido estupendo y un porterazo. Le ha pasado lo mismo que a Del Bosque, por cosas raras se han empezado a meter con él y se olvida pronto todo lo que nos ha dado. Bueno, yo lo digo por la Selección española, no por el Real Madrid. Pero a los madridistas también les ha dado años muy buenos. Y lo que no se me olvida es aquel beso que le dio a Sara Carbonero ante las cámaras después de ganar el Mundial.

—Gran momento televisivo.

—Desde luego, pero Sara me pareció, no sé, que no reaccionó bien, ¿no? Me da la sensación de que es algo distante y fría esa mujer. Mira, a mí me da un beso Casillas en otra época y yo le agarro del cuello y le pego un morreo que no veas.

—¿Le gusta el look de los futbolistas de estos tiempos?

—Están muy raros, me da a mí que se pasan con esos peinados. Yo me quedo siempre con los que son más elegantes como Guardiola y el chico este que jugaba en el Madrid, ¿Xabi, no?, sí, Xabi Alonso.

—¿Y qué le parece que ahora estén de moda las barbas entre los futbolistas?

—Eso me gusta mucho.

—¿Le gustan los barbudos?

—Sí, la barba me encanta en un hombre. Estáis muy guapos con barba, de verdad.

—Simeone no tiene barba, pero tiene un peluquero que trabaja lo suyo. ¿También le gusta?

—El Cholo parece hecho a medida para el Atleti y ahí están los resultados. Le ha devuelto la ilusión al equipo y a los aficionados. Lo que él predica debe de ser la auténtica filosofía del deporte, el esfuerzo, la dedicación, las ganas de hacer bien las cosas. Sangre, sudor y lágrimas para luego poder disfrutar de las cosas como es debido. Mi cultura ha sido esa. Cuando una quiere morirse cantando debe ir por ese camino.

—¿Qué deporte practicó?

—Yo le daba a todo (vuelve a reír). Empecé haciendo gimnasia rítmica, luego jugué al baloncesto y, también, al fútbol en el colegio. Y luego me dediqué al patinaje. Patino de maravilla. Y al fin estudié Educación Física.

—¿De dónde le viene lo de Pasión?… el nombre, digo.

—Ja, ja, pues resulta que yo actuaba un día y otro, y así, y no sabían muy bien con qué nombre anunciarme. Me llamaban Ana, Anita... y decidimos que necesitaba un nombre artístico porque eso no podía seguir así. Y a mi primer mánager se le ocurrió que me llamara Pasión. Pero aquí había gato encerrado porque a quién en realidad se le había ocurrido ese nombre era a un escritor de Huelva llamado Pedro Flores, que me dedicó un poema y todo. En principio yo no me veía con ese nombre, uy, Pasión, Pasión, qué fuerte, pero está muy bien.

—Le hace un homenaje a Carlos Cano en su último disco, ¿es muy mitómana?

—No lo soy, pero me detengo en la gente que hace las cosas bien, con genio y las admiro sin problemas. Además, aprendo todo lo que puedo, soy como una esponja. Mi cariño con Carlos Cano me viene desde pequeñita, igual que con Serrat. Les escuchaba en casa y me tiraba todo el día tarareando sus canciones.

—Dejó plantada a toda una multinacional como Sony, ¿le costó mucho?

—Fue una etapa en la que yo no acababa de sentirme a gusto. El artista, según pasa el tiempo, demanda un trabajo más personalizado. En esas grandes compañías acabas siendo un producto y yo no me considero un producto. Busco una singularidad, algo diferente a la hora de crear una obra. Ahora creo que he encontrado mi sitio en la compañía donde estoy, un sello independiente que puede dedicarme el tiempo que necesito. Más a mi medida.

—¿Qué artistas admira que no son de su ‘palo’?

—Uy, me gusta mucho Aretha Franklin, Whitney Houston, Frank Sinatra. Cojo un poco de todos ellos a la hora de componer.

—Usted canta copla, pero no es coplera.

—Lo que ocurre es que hay una prevención a que la gente te etiquete como cantante de copla porque piensas que no te va a permitir hacer otras cosas. Huyes de ese estereotipo por abrirte un poco más al público. Lo que no quita para que en mis actuaciones interprete Ojos verdes o mis habaneras de Cádiz.

—Acaba de ser mamá, ¿qué tal lleva lo de las conciliación de la vida profesional y familiar?

—Como puedo. Voy con mi niña a todas partes. Tiene ocho meses y siempre viene conmigo. Además, se porta muy bien como habréis podido comprobar. Duerme muy bien, come bien, nos deja dormir. En fin, ¡qué va a decir una madre!