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BARCELONA

Emotiva carta de despedida de Chema Corbella

Cuatro meses después de su despido, el que fuera durante 32 años utillero del Barcelona, explica sus sensaciones en una emotiva carta.

El pasado 7 de julio el Barcelona prescindió por sorpresa de los servicios de José Maria Corbella, Chema para todos y ‘el president’ para los jugadores. El carismático e irrepetible utillero del Barcelona era prejubilado ante la sorpresa de todo el mundo. Pasados unos meses del shock, Chema ha hecho llegar esta carta de despedida a los medios de comunicación para agradecer a los aficionados, rivales y compañeros los años pasados juntos y dejar claro lo que sucedió ese día de verano.

Esta es una carta a los amigos llena de respeto y cariño al FC Barcelona:

Quiero dejar claro de entrada que llevo al Barça en el corazón y que esta es, además de una despedida, una carta de agradecimiento al club por todo lo que me ha dado, y una carta de agradecimiento a todos aquellos que en los últimos meses me han demostrado su cariño y su solidaridad tras haber abandonado el club.

El pasado 7 de julio me reincorporé a mi trabajo de utilero del Barcelona, con la misma ilusión por servir al club y ver a compañeros y amigos con la que he ido a trabajar cada día desde que en 1978 entré a formar parte de la que siempre será mi familia. Esa mañana, a las dos horas de estar poniendo en funcionamiento el ropero, vaciando cajas y ordenando el nuevo material, Andoni Zubizarreta me llamó a un despacho y me comunicó que mi vida en el club había terminado. “Es una decisión de club”, me dijo sin darme más explicaciones cuando las pedí, lógicamente sorprendido.

Es cierto, hubiera preferido otra manera menos dolorosa de terminar mi relación laboral con el club, pero supongo que si Andoni fue frío al explicarme las razones es porque él es así, siempre ha sido así. Sé que en definitiva, a su manera solo ejecutó las órdenes del director general, Antoni Rossich, y de un tal Emili Sabadell. Cuando hablé con ellos tampoco me dieron muchas explicaciones, más allá de estar en edad legal para prejubilarme. Quiero pensar que el final no debe empañar el camino y llevaré siempre al Barça en el corazón porque lo que me ha dado durante todos estos años nunca se lo podré devolver, por las vivencias y las personas que me ha permitido conocer.

Mi padre trabajaba en el club cuidando el césped del Camp Nou cuando yo entré a trabajar en 1978, como eventual. En 1980 me contrataron para vigilar el estadio por la noche y dos años después, tuve la enorme suerte de empezar a trabajar como ayudante de Papi Anguera, mi maestro. Desde entonces, y hasta que no fui prejubilado, he trabajado tratando de aportar cada mañana una sonrisa, especialmente en los momentos malos, siempre con dedicación, devoción, respeto y discreción. No voy a negar, porque mentiría, que el golpe me hizo daño. Sinceramente, no vi llegar el final. Me ha costado digerir la decisión del club, básicamente por la manera en que se me comunicó. Afortunadamente, el tiempo todo lo cura, y poco a poco he ido recuperando la sonrisa, sobre todo gracias al apoyo de mi mujer, de mis amigos y de tantos desconocidos como se me han acercado para mostrarme su solidaridad y apoyo.

Precisamente si ahora escribo esta carta es para dar las gracias y decir adiós desde la gratitud, debido a que todo fue tan rápido que no me pude ni despedir. No guardo rencor a nadie, simplemente quiero decir lo agradecido que estoy por lo mucho que me han dado en todo este tiempo y en especial, en los últimos meses. Me sentía en deuda con todos los que me han mostrado su afecto en estos momentos duros y con los que han dado sentido a 35 años. Gracias a todos. Por todos he querido despedirme y de ahí que me haya decidido a escribir esta carta.

Especialmente quiero despedirme de todos los compañeros con los que he trabajado durante estos años, muy especialmente a José Antonio Ibarz y de Carles Naval, por haberme aguantado desde el primer al último día. Gracias por todo a todos los compañeros, a todos los entrenadores y todos los jugadores con los que he vivido y a los que he servido. Gracias por el trato y, sobre todo, por la paciencia y por las muestras de cariño que me habéis hecho llegar estos últimos meses. Gracias a los compañeros de profesión, a los utileros de toda España, que durante más de 35 años me habéis ayudado en cada viaje y habéis hecho más fácil mi trabajo, compañeros y amigos del Espanyol, del Real Madrid, del Atlético, el Athletic, Osasuna, Sevilla, Zamora, Villareal, Oviedo o Málaga, del Chelsea, Bayern Inter, Milan, City o Liverpool, de todos los que en esos campos en los que he trabajado y que siempre me habéis desde el afecto habéis hecho más fácil mi vida. Gracias colegas por todo.

Y gracias, también, a todos la gente que desde el pasado 7 de julio, la mayoría sin conocerme, os habéis acercado a mí para mostrarme vuestro afecto. No imagináis como os lo he agradecido. Es el regalo que me llevo de una vida en azul y grana. Por eso, en estos momentos, ahora que tengo fuerzas, ahora que poco a poco voy superando el trago, escribo esta carta de despedida. Siempre llevaré al Barça en el corazón y siempre estaré en deuda con un club al que amo y respeto. Y con todos vosotros.

Nada más.

Gracias y hasta siempre.

Visca el Barça y visca Catalunya.

Josep Maria Corbella.

Barcelona 3 de diciembre del 2014.