Situación de los ultras en otros países europeos
Los grupos ultras en Europa
Analilzamos la situación de los grupos ultras que se vive en varios países europeos como Inglaterra, Italia, Alemania, Francia u Holanda.
Inglaterra. Se detuvo el problema tras el desastre de Hillsborough
Después del desastre de Hillsborough, en el que murieron 96 aficionados, el Informe Taylor (1990) y las baterías de medidas aplicadas a continuación detuvo de raíz el problema del hooliganismo. Se cambió la cultura futbolística del país y las medidas policiales para los días de partido son sólo una parte muy pequeña, aunque importante, del esfuerzo de clubes, instituciones y aficionados por acabar con el problema. Se separó a las aficiones rivales en el campo, se introdujeron cámaras de seguridad, se entrenó a los miembros de seguridad, se acompañó a las aficiones visitantes hasta la entrada de los estadios, se introdujeron áreas de separación a las que no podía acceder nadie. Se mejoró la comunicación entre la policía y el fútbol, se establecieron medidas especiales para partidos de alto riesgo (como limitar la consumición de alcohol al poner los partidos a primera hora del día). —G. Balagué
Italia. Bajo vigilancia y tratados como mafiosos los ultras peligrosos
El movimiento de ultras en Italia sigue muy vivo y a menudo representa argumento de debate. En los últimos diez años fallecieron cinco personas por incidentes antes y después de los partidos: el último fue Ciro Esposito, el tifoso del Nápoles tiroteado antes de la final de la Copa de Italia el pasado mes de mayo en Roma. Las medidas del Estado fueron varias: las entradas son nominativas y a menudo los hinchas visitantes tienen prohibido acudir a los encuentros de alto riesgo, como ocurrió en el último Nápoles-Roma. Al principio de esta temporada, además, el ministro del Interior presentó un decreto que hizo más estrictas las penas también para quien expone pancartas intimidatorias en los estadios y obligará a tratar a los ultras considerados más peligrosos como mafiosos. Los reincidentes, de hecho, estarán bajo vigilancia especial. —M. Calemme
Alemanía. Diálogo con los hinchas para que rechacen actos violentos
Peleas, pancartas homófobas, insultos xenófobos, bengalas e incluso amenazas de muerte forman parte del día a día en la Bundesliga, eso sí, nada semejante a lo sucedido el pasado domingo en Madrid. Los clubes alemanes optan por el diálogo con sus ultras, siempre que rechacen todo tipo de violencia. El Bayern es el mejor ejemplo. En vez de cerrarse a los deseos de sus hinchas, prefieren abrir la puerta al diálogo para hacer que la afición se sienta importante. No quiere decir que la situación sea paradisiaca, ya que también hay incidentes. Las hinchadas de Frankfurt y del Dynamo Dresden, conjunto que milita en la Bundesliga 2, son conocidos por sus ultras violentos, agrupaciones que suelen ser vigiladas de cerca por un gran número de policías. El Schalke y el Dortmund, por su parte, presumen de hinchada amplia y entregada, pero en la mayoría de los casos pacífica. —J. C. Menzel
En Francia la violencia se desplaza fuera de los estadios
Muy activos y violentos en los 90, los ultras franceses, que no reciben ningún dinero de los clubes cuando se desplazan, se han calmado mucho en los estadios. Desde febrero de 2010 y la muerte de Yann Lorence, un ultra del PSG asesinado por un grupo rival parisino, los políticos y la liga de fútbol francesa han tomado medidas de seguridad drásticas (control de alcoholemia, prohibición de bengalas…). Sin embargo, esto sólo ha desplazado el problema y los enfrentamientos siguen antes o después de los encuentros. En agosto, por ejemplo, ultras de Marsella y Bastia se enfrentaron durante un partido jugado en Córcega. Ocho policías fueron asistidos en un hospital. Para intentar reducir estos actos violentos, algunos grupos de ultras no tienen derecho a desplazarse a ciertas ciudades, como los del Niza cuando juegan en Córcega o los del PSG en Saint-Etienne. —S. D. Tissot
Holanda. Peligrosos y con un historial violento en el pasado reciente
A pesar de la implantación de fuertes medidas de seguridad en la entrada de los estadios o de la fijación de los partidos de alto riesgo en horarios matinales para evitar que los grupos violentos puedan encontrarse en el transcurso del día, los incidentes siguen ocurriendo. El último caso fue la pasada semana, cuando la policía impidió que aficionados del Sevilla acudiesen al campo del Feyenoord porque sospechaban que ambos grupos habían quedado para enfrentarse. Precisamente el grupo radical del Feyenoord, Don’t run away (nunca huímos), fue definido por José María Cruz, director general del Sevilla, como “los más peligrosos del mundo”. Especialmente peligrosa es su enemistad con el Ajax y en 1997 los violentos de ambos conjuntos protagonizaron ‘la batalla de Beverwijk’, una brutal pelea en una carretera de circunvalación que se saldó con un fallecido.