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Los grupos ultras de nuestra Liga

Barcelona: Joan Laporta les echó, pero ahora amenazan con volver

Rosell (que les llamó “chicos muy majos”) les promete que podrán volver al campo en una Grada Joven que los Mossos vetaron por la presencia de elementos con antecedentes.

Entre los Boixos se acepta de todo mientras se sea radicalmente extremista.

Los Boixos Nois se fundaron en 1981 bajo la protección de Josep Lluís Núñez. Sus grandes rivales siempre fueron los ultras del Madrid, Valencia y Espanyol. En un inicio su ideología era cercana al independentismo y la izquierda, pero con el paso del tiempo muchos de sus integrantes originales se desvincularon del grupo, que quedó en manos de facciones nazis (algunos de los Brigadas Blanquiazules se pasaron a los Boixos) o simplemente delincuentes.

En este sentido, la facción de los Casuals es la más peligrosa. Miembros de este grupo han sido condenados por secuestro, asesinato, extorsión, tráfico de drogas y dar palizas por encargo. Actualmente, están desactivados o en la cárcel. En su último juicio se liaron a golpes en el tribunal contra los policías que les custodiaban. Les juzgaban por torturar por a un traficante de droga.

En 1991 cinco Boixos asaltaron un bar al seguidor del Espanyol Frederic Rouquier, de 20 años, al que asesinaron de una puñalada e hirieron a su acompañante, José Maria Arbolés, de 16. Fueron condenados a 140 años de cárcel, pero en 1998 obtuvieron el Tercer Grado. El autor material del asesinato, José Antonio Romero Ors, Jaro, volvió al Camp Nou.

En 1995 se constituyen como Peña oficial del club y en 1997 muere uno de sus miembros destacados, Sergio Soto. Ese día, Gaspart, vicepresidente del club, da personalmente el pésame a sus compañeros y se guarda un vergonzoso minuto de silencio en el Camp Nou que acaba con incidentes. El resto de grupos de animación gritaron “Fuera Nazis del Camp Nou” y los Boixos apalearon a los Almogàvers y miembros de Sang Culé.

Con la llegada de Joan Laporta, se les prohibió entrada. Casuals y Boixos amenazaron al presidente e incluso, en connivencia con los servicios de seguridad del club, se planeó una estrategia para darle una paliza. Los Mossos lo desactivaron a tiempo.

En el proceso electoral del 2009, el candidato Sandro Rosell, les promete que podrán regresar al campo como parte de una Grada Joven que los Mossos vetaron por la presencia de elementos con antecedentes, a pesar que Rosell les definió como “chicos muy majos”.

A pesar del veto policial, el peligro de la regresión a los peores tiempos está presente. Ayer, el inspector Lluís Miquel Venteo, coordinador de la seguridad del club dijo en la Cadena SER que “el Barça no hace todo lo posible para erradicar a los violentos, la policía no recibe el apoyo esperado”.