Caparrós se la juega en casa

Córdoba y Valencia en el horizonte. Dos partidos en Los Cármenes que pueden ser definitivos para Caparrós si el equipo no da muestras de que puede sacar adelante un situación que de peliaguda está pasando a crítica. Nueve encuentros sin ganar, seis goles en lo que va de Liga y sensaciones peor que malas. Da la impresión de que el Granada solo aspira al empate, incapaz apenas de llegar al área y aun menos de chutar a puerta. Tanto que marcar parece un milagro. Aunque lo que cuenta de verdad es la Liga, el choque de este miércoles ante el Córdoba en casa va a servir para medir la química entre la grada y el banquillo. La reacción del respetable se espera adversa y para Pina será como un test de tolerancia a seguir perdiendo. El presidente ya empieza a pensar que, de seguir así, el público empezará pronto a girarse hacia el palco y no quiere pasar por ahí. Después del entremés ante el Córdoba llegará la gran afrenta ante el Valencia, el domingo también en Los Cármenes. No ganar sería caer directamente a la zona de descenso y completar diez encuentros sin ganar. Y eso no hay banquillo que lo resista.