Amadeo Salvo: "No concibo mi vida sin el Valencia"

Hay frases que en un contexto de espacio-tiempo tienen más significado del que parece. Y la que dijo ayer por la tarde Amadeo Salvo es una de ellas. “No concibo mi vida sin el Valencia”. La frase le quedó bien como colofón a su discurso en el acto en el que el club ché desveló el lugar donde en 1919 se ubicaba el Bar Torino, lugar donde se fundó el Valencia. Pero esas siete palabras también sirven para descifrar lo que pasará en el futuro inmediato. Amadeo Salvo, como era de esperar, seguirá vinculado al Valencia en la era Peter Lim. Al menos durante un año. Lógicamente, el magnate asiático ya lo sabe. Salvo está en el organigrama ejecutivo que se presentará el lunes en la Junta de Accionistas Extraordinaria, en la que se oficializará la venta del 70,06 por cien del capital social del club blanquinegro al magnate asiático.

Peter Lim llegará mañana a Valencia. En su caso lo hará para presenciar en directo el duelo ante el Barcelona. Pero desde ayer en Valencia hay más gente de confianza del magnate asiático y varios de ellos, que aprovecharon para presenciar la inauguración de la tienda oficial que se abrió en la Plaza del Ayuntamiento -entre fuegos de artificio y con cerca de dos mil personas de testigos-, serán parte del nuevo Consejo de Administración.

Todos ellos pudieron sentir de primera mano lo que arrastra el Valencia. Pasado, presente y futuro del club se congregó en apenas 200 metros, los que separan el desde ahora llamado ‘Kilómetro 0’ del Valencia y la nueva tienda (con restaurante incluido) que se inauguró en la Plaza del Ayuntamiento. Allí estuvo representada toda la plantilla blanquinegra, cuerpo técnico y dirección deportiva, con el manager general Rufete al frente. Parejo y Alcácer ejercieron de capitanes a la hora de destapar la placa homenaje al lugar donde hasta 1924 se ubicaba el Bar Torino, mientras que Diego Alves fue el encargado de cortar la cinta con la que abría sus puertas la joya de la corona del departamento de márketing del club. Todo ello acontecía ante la atenta mirada de, entre otros, Lay Hoon y Kim Koh. Y por supuesto de los dos mil valencianistas que tomaron la Plaza como si de un día de Fallas se tratara.