GRANADA
La pitada en Los Cármenes aumenta la presión
La grada está en desacuerdo con Caparrós y el rumor del cese empieza a crecer. Además, el calendario viene fuerte: Sevilla y Valencia.
La pitada con que Los Cármenes echó el telón al partido ante el Almería todavía debe retumbar en los oídos del presidente Pina. Pocas veces el estadio se ha pronunciado con tanta vehemencia desde que el equipo regresó a Primera División, y desde luego los pitos son un aviso más que serio de que la afición no disfruta con lo que ve en el campo. Caparrós ha vivido en cuatro meses un camino de descenso del cielo al infierno, que le ha llevado de ser coreado por la grada a estar más que en entredicho, 120 días en los que su crédito se ha diluido como si cayese por una alcantarilla. El día de la presentación en casa, en plena borrachera de fútbol y goles ante el Atlético Tetuán y tras una pretemporada sin derrotas, los aficionados cantaron en nombre del entrenador, la nueva estrella que iluminaba Los Cármenes. Apenas cuatro meses más tarde, solo han visto en el estadio una victoria (frente al Deportivo por 2-1) y dos goles, y las tardes normalmente han acabado en frustración y decepción. Tanto que Caparrós ya no convence y la pitada del final del encuentro del pasado lunes no hizo más que corroborar que la grada está cansada. Y lo peor es que el calendario presenta de forma consecutiva los enfrenamientos con el Sevilla y el Valencia, dos huesos duros para un equipo que no muerde.