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PONFERRADINA 4 - BARCELONA B 4

Lluvia de goles en El Toralín

Locales y visitantes protagonizaron un canto al espectáculo y la emoción al empatar a cuatro goles en un encuentro lleno de alternativas.

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Lluvia de goles en El Toralín
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El marcador final (4-4) del partido disputado este sábado entre la Ponferradina y el Barcelona B solo refleja una parte de un partido loco, inusual para los tiempos actuales de máximo rigor táctico, y que fue un canto al espectáculo y a la emoción.

Pudo pasar de todo, con un encuentro que parecía encarrilado para los visitantes, pero que cambió con la entrada de Andy y, sobre todo, un Yuri que revolucionó el partido en el último tramo, anotando dos goles pero fallando al menos otros dos quizá mucho más claros.

Al final, un empate que permite a los locales mantener su condición de invicto en El Toralín, pero que dejó insatisfechos a ambos técnicos, desquiciados por un juego tan anárquico que solo encandiló a la grada.

El filial azulgrana mostró desde el inicio sus ambiciosas intenciones que ya puso de manifiesto su técnico Eusebio Sacristán con una alineación en la que tan solo faltaba una de sus estrellas con perfil de primer equipo como Munir.

Sin embargo, la Ponferradina, bien colocada, como viene siendo su costumbre a lo largo de la temporada, estaba a la expectativa para aprovechar cualquier indecisión defensiva de su rival, bisoño en alguna de sus acciones.

Pero otra de las constantes en el juego blanquiazul, el peligro en acciones a balón parado, sobre todo cuando está en el campo Pablo Infante, dio resultado con el tanto, tras el lanzamiento de un saque de esquina del burgalés cabeceado por Alberto Aguilar (1-0).

A partir de ese instante, el conjunto catalán se lanzó sobre el portal de Prieto en busca del empate, arriesgando al dejar más espacios que no fueron suficientemente aprovechados por los contragolpes locales.

Se veía venir la igualada y una pérdida de balón cerca del área fue aprovechada por Sandro Ramírez para firmar un zurdazo y lograr el 1-1, lo que desencadenó la tormenta del filial, que empezó a tocar el balón y acortar los espacios, lo que le permitió recuperar otro balón a Adama Traoré y hacerlo todo para voltear el marcador, 1-2.

En ese ritmo loco el Barcelona B se encontraba como pez en el agua y Traoré imparable en sus cabalgadas por la banda, creando el pánico una y otra vez, sin que el amago de rearmarse diera resultado a los locales, que vieron cómo Halilovic ensanchaba un poco más la brecha, con un golazo desde fuera del área.

La segunda parte mantuvo el mismo ritmo frenético en un partido abierto, primero con una ocasión inmejorable de Sobrino, que no atinó en el remate de cabeza con un buen centro de Castañeda, antesala de un gran pase de Halilovic que no pudo aprovechar Sandro por la oportuna mano de Prieto.

Sin respiro, una cabalgada de Sobrino levantó las iras de los aficionados locales al entender que había sido derribado por el guardameta Ortolá, convirtiendo la acción el colegiado en saque de fondo.

La entrada de Andy y Yuri, dos jugadores habitualmente titulares, galvanizó el juego de los suyos, pese a una etapa de cierto enfriamiento que dio paso a un final frenético, indescriptible y en el que Yuri anotó los tantos de la igualada, después de que Acorán recortara primero y Ramírez anotara en propia meta lo que parecía un insalvable 2-4.

Lejos de conformarse ambos equipos, las ocasiones se sucedieron en ambas porterías, más en la de Ortolá, que vio cómo Yuri fallaba un remate a puerta vacía y en la última acción del encuentro, en una escapada en solitario, aguantó al máximo sin llegar a conseguir un remate claro que pudo haber sido el triunfo local.