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José Miguel Garrido

“Los Iniesta salvaron al Alba y yo lo reflotaré con austeridad”

El empresario es desde octubre de 2013 el máximo accionista del Albacete Balompié tras la ayuda económica prestada por la familia Iniesta y su posterior deseo de echarse a un lado.

Garrido, a la izquierda de Relaño, coincidió en Las Estaciones de Juan con el presidente de Las Palmas, Miguel Ángel Ramírez, al que sentó a su izquierda.
Garrido, a la izquierda de Relaño, coincidió en Las Estaciones de Juan con el presidente de Las Palmas, Miguel Ángel Ramírez, al que sentó a su izquierda. Jesús Aguilera

José Miguel Garrido Cristo (Madrid, 49 años), además de ser el sobrino del conocido domador Ángel Cristo, y reconocido empresario, es el presidente del Albacete Balompié desde hace un año. Club con 74 años de historia al que llegó con el firme objetivo de devolverle a sus días de gloria. El Queso Mecánico que encandiló a España en los 90 con Benito Floro había tocado fondo esta década (Segunda B) y rozaba la ruina (Concurso de Acreedores): “Mi socio y yo somos inversores especializados (Glexinvests) en reflotar compañías con problemas. Nuestro capital es japonés y facturamos 200 millones de euros anuales. Estudiamos a más clubes en los que poder entrar, desde el Valencia al Mallorca, pero el Alba era el idóneo para empezar desde abajo. Tanto el club como la ciudad tenían las cualidades que buscábamos. El 6% de la población (170.000 habitantes) está implicada con el equipo. Y hay 8.500 socios. Es una barbaridad. Y una buena base para crecer”.

Desde que llegó al cargo no ha hecho más que cumplir. Quizás por eso llegó a su cita con AS en Las Estaciones de Juan sonriente y relajado. No le asusta que su equipo sea en la actualidad el colista de la Liga Adelante después de caer ante el Girona : “Acabamos de empezar y hay que tener paciencia. Sé que hay pitos pero yo tengo confianza. No tomo decisiones sin meditarlas y confío en el trabajo. No hay que alarmarse”. El presidente no se deja influir por el pesimismo: “Si cambio de rumbo sin pensar no valdría para esto. Dirijo siete compañías y a 1.400 trabajadores. Imaginen si al primer mes que no se cumplen los objetivos echase al director general de turno...”.

Los problemas son el origen de sus proyectos y el objetivo de sus estrategias. Nada más llegar a La Mancha se encontró con uno institucional. “Cuando empecé a estudiar esta aventura. José Antonio Iniesta, el padre de Andrés que ostenta la representación de las acciones de su hijo, había puesto 400.000 euros. Para mí, él salvó al Albacete. Yo lo conocía. Y hay que darle las gracias. Después, en verano de 2013, puso 800.000 más como adelanto para pagar deudas. Tenía el 20% de las acciones mientras que Rafael Candel (expresidente) y Carlos Parra tenía otro 7% cada uno. Mi socio y yo compramos ese 14% que sumaban, nos unimos al 20% de Iniesta y, tras hacer una ampliación acordeón, pusimos los 900.000 euros para cubrir toda la ampliación de capital y tener ya el 60%. La participación del padre de Iniesta se diluyó y ya es del 2,5%. No quiso poner más, cosa lógica, y ahora está a la cola para poder recuperar lo que puso ya que la Seguridad Social y Hacienda están antes que él para cobrar. Su aportación fue clave, pero me da que alguien le engañó…”.

Futbolero. Escuchando las trabas y los números, el director de AS, Alfredo Relaño, le pregunta por los motivos de su apuesta tras recibir una camiseta del Alba con el 10. “Esto, además de un negocio, es una pasión. Te debe gustar. A Albacete voy una vez por semana. Voy a todos los partidos que puedo. Me encanta. Hay que saber dónde se mete uno y con quién. Puede estar todo muy controlado numéricamente pero si bajas un año, adiós. Un club como el Albacete en Segunda B cuesta un millón de euros al año. Sólo los gastos que genera abrir, cuidar y limpiar el Carlos Belmonte ya suponen 400.000 euros... Hay que tener los pies en el suelo siempre, y aportar austeridad y sentido común”.

Garrido se desahoga: “El club estaba muerto. Se debían siete meses a los empleados y cuatro a la plantilla. No había profesionalidad. Un drama. Basta con recordar un ejemplo: Rubén Cruz, nuestro pichichi en 2ªB con 27 goles, no se fue de milagro. Cuando llegué quería irse de monitor al ayuntamiento de Écija porque no aguantaba más deudas y no sabía cómo decirles a sus hijas que, un día más, no había cobrado sus 1.300 euros de salario”.

Ahora, la realidad es otra aunque no conviene relajarse. Hacienda aprieta con la deuda: “Tenemos una deuda a corto plazo de 1,8 millones de euros. Con la Seguridad Social llegamos a un acuerdo y estamos cumpliendo. Con Hacienda hay problemas, como lo están teniendo todos los clubes salvo seis, por el tema de IRPF. Dicen que es inaplazable y yo digo, si es inaplazable vamos a la liquidación y ellos serían los primeros en no cobrar... Además, las formas con las que te tratan no son las mejores diciendo que somos una lacra. Han creado incluso un grupo nuevo para vigilar al fútbol. La LFP, en este sentido, me ha sorprendido gratamente porque hay gente muy profesional ayudando”.

Pese a las exigencias, Garrido mira hacia el futuro con orgullo. Presume de equipo. Del primero, de Luis Castelo, nuevo portavoz del Consejo que fue hasta hace nada un referente en la SER y el AS en Albacete. También se deshace en elogios con Santiago Pozas, su director general. Y cómo no, aplaude a Víctor Moreno, director deportivo, con el que ha conseguido, además del ascenso, tener la segunda plantilla más joven de la categoría tras la del Barça B. Algo nada fácil ya que del bloque que hace tres años dio el bombazo en la Copa eliminando al Atlético en el Calderón, y propiciando el despido de Gregorio Manzano y la contratación de Simeone, sólo quedan Noguerol y Núñez. “Nuestro presupuesto es, quitando a Betis, Zaragoza, Las Palmas y Osasuna, de mitad de la tabla. Tenemos 5,5 millones de euros totales de los que 2,5 son para la primera plantilla. Tenemos a siete chavales de la cantera y cinco o seis más entrenan con el primer equipo. Ésa es nuestra fortaleza. Los jugadores cedidos no me gustan porque hay que revertir el beneficio. Me gustan si aportan algo que no hay. Para que en el Alba se foguee un proyecto de futbolista de un grande, que lo haga uno de nuestra base”.

Optimista. Con la cantera se le iluminan los ojos: “Hace años el Villarreal se llevó a nuestros 18 mejores canteranos por 1,5 millones de euros. Se hizo por necesidad. Supongo. Ahora se ha querido llevar a otros dos. Todo estaba casi firmado. Y no se irán. A nuestros 450 canteranos hay que ilusionarles con hechos. Dándoles la oportunidad. Somos modestos pero muchos jugadores que han pasado por aquí han triunfado. Varios en la Selección (ver intrahistoria a la derecha)”. Y otros más, como Keylor Navas, son ahora referentes: “El Levante pagó por él 150.000 euros porque ese año el Albacete bajó y no podía jugar en 2ªB. Si yo hubiera estado, le hubiera cedido. No te puedes desprender de un jugador así. Daba el cante. Hay que hacer las cosas con cabeza. Esta temporada hemos renovado al 80% de la plantilla y ya tenemos pactados todos los contratos de los pilares del equipo por si se sube un día a Primera o se vuelve a bajar. Tanto por si se quedan libres, como si hay que cederlos, o por si siguen a otro precio ”.

Mejor experiencia fue la del Albacete con Diego Costa: “Hay que estar listos. Por Diego Costa nos han caído 160.000 euros porque hemos estado listos. En el Albacete estuvo con apenas 19 años y teníamos derecho a beneficiarnos por su formación. Cuando fichó por el Chelsea le escribimos a la federación inglesa y nos dijeron, para mi sorpresa, que nos responderían a las 48 horas. Lo hicieron y de qué manera: nos dijeron que enviáramos la factura de inmediato”.

Con Diego Costa y los postres llega el debate de los estilos. Garrido fue “un central de garantías”. Jugó en División de Honor en Valencia. “Coincidí con Nando, que jugó en el Depor… Era de los que cumplía los ciclos de tarjetas rápido”. Sin embargo, su librillo ahora es otro: “Hay más opciones de triunfar jugando bien. Y nosotros lo hacemos. A la gente le cuesta asimilarlo. Tenemos al técnico con más partidos en Segunda, Luis César Sampedro, y creo ciegamente en él. Es más difícil subir a Segunda que a Primera y él lo logró. La gente no tiene paciencia, pero yo sí”. Palabra de Garrido, que apura su copa de vino manchego, cómo no, mientras muestra una foto del Carlos Belmonte el día del último ascenso. “Vivir esto hace que todo el esfuerzo merezca la pena”.