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Real Madrid | Luis Vidal

“Lo que aprendí en el Madrid me ayudó a ser Míster Universo”

Es el nuevo Míster Universo tras ganar en Sapri (Italia) pero sus inicios fueron en los campos de la Ciudad Deportiva. “Tuve de técnico a Toni Grande y jugué con Cañizares".

Luis Vidal.
Luis Vidal.

Su currículum empieza como canterano campeón con el Madrid y acaba, hasta hoy, como culturista campeón y Míster Universo... ¿Cómo ha llegado hasta aquí?

—Es cierto. Estuve en la cantera blanca hasta los 21 años, en el amateur. Once años en La Fábrica y gané dos Copas. Tuve de técnico a Toni Grande y coincidí con varios que sí llegaron al primer equipo como Cañizares, Maqueda, Aragón, Sastre, Herrera…

—¿Y qué pasó para no llegar donde ellos?

—Tuve que dar un paso atrás por las lesiones. Era un lateral derecho de la vieja escuela, duro. Eso hacía que tuviese muchos problemas físicos. Así empecé en el gimnasio, por las rehabilitaciones. Sinceramente, no tenía pasión real por el fútbol. El día que cogí por primera vez una mancuerna, me olvidé de la pelota. Había descubierto lo mío...

—¿Así, de repente?

—En el culturismo, o bodybuilding, no dependes de un entrenador o de unos compañeros que te pasen la pelota. Lo bueno que eres es lo que siembras con tu propio esfuerzo y sudor. He de reconocer que siempre he sido muy independiente.

—¿Qué extrae de aquellos años de blanco?

—Sigo muy agradecido al Madrid, a Toni Grande, a Laborda, a Fleitas… En el Madrid aprendí valores que enseñan en la casa, como la tenacidad, que me han ayudado como culturista. Cuando empecé y ahora que soy Míster Universo.

—Usted, que conoce ambos mundos, el fútbol y el culturismo, ¿cuál es más duro?

—Nuestro entrenamiento es infinitamente más duro. Yo ya llevo trece cirugías. La peor fue cuando se me rompió el músculo pectoral. Estaba tirando 180 kilos en press de banca. Me lo tuvieron que reconstruir con una operación y a los cuatro o cinco días de haberme lesionado ya estaba en el gimnasio de nuevo. Me puse una rutina para trabajar otras partes del cuerpo que no estuvieran afectadas. Para nosotros es imposible frenar. Porque cada día que estás parado, es un día que le regalas a tus oponentes. Es un deporte extremo en el que llevas tu cuerpo al límite.

—Hay futbolistas que son ‘animales’ del gimnasio. Cristiano, por ejemplo.

—Cristiano tiene un físico tremendo. Antes era impensable entrenar los músculos, era casi tabú en el fútbol. Se llevaban los físicos muy delgaditos. Pero se está viendo que prepararse mejor alarga mucho más la vida deportiva. En estos momentos, los futbolistas hacen un trabajo con las pesas que nosotros antes ni veíamos. Por ahí consiguen ser jugadores más explosivos y resistentes.

—Llegamos al final y debo ejercer de abogado del diablo. Su deporte ha estado muy vinculado con el dopaje...

—Habrá quien haga barbaridades, como en todos lados. Pero yo tengo casi 46 años, me hago analíticas y dicen que tengo la salud de un veinteañero. He visto exfutbolistas que con 35 años parecen abuelos. La gente no conoce los sacrificios que somos capaces de hacer. Yo entreno a diario al menos una hora muscular y otra de cardio. Hay que cuidar la alimentación las 24 horas del día, no tomar ni gota de alcohol. Debo ser el único mallorquín que no conoce las discotecas de mi isla... Vives como un monje y lo hacemos por prestigio y un trofeo que a veces es de plástico...