Luxemburgo - España

Vicente del Bosque quiere levantar a España de la lona

El técnico de La Roja reúne al plantel y pide un golpe de autoridad en Luxemburgo. Paco Alcácer y Azpilicueta dieron la cara tras ocho años sin perder.

ESPAÑA YA ESTÁ EN LUXEMBURGO. La Selección aterrizó ayer en Luxemburgo a las13:00 horas y a continuación se dirigió al hotel Le Royal de la capital. A su llegada la temperatura era agradable (14 grados), pero el domingo, en la hora del partido, existe una probabilidad alta de precipitaciones.
ATLAS, Atlas
Joaquín Maroto
Luxemburgo Actualizado a

Del Bosque reunió ayer a los jugadores para tratar de sacarles del bloqueo. España está en la lona. El seleccionador les pidió un golpe de autoridad mañana. Una goleada para volver a la normalidad. Fue una charla de ocho minutos en la que el técnico trató de cambiar la dinámica perdedora que viene desde el Mundial. Los últimos cuarenta y cinco días han sido caóticos. Y las últimas 48 horas, además un despropósito.

Alcácer y Azpilicueta salieron ayer a dar explicaciones por el batacazo en Zilina. Entre ambos suman doce partidos internacionales. Cuando la Selección encajó su penúltima derrota en una fase de clasificación, el 7 de octubre de 2006, Alcácer tenía 13 años. “No me acuerdo de ese partido”. Aún iba al colegio y tenía que madrugar. Azpilicueta era un adolescente. “Pero ahora estamos todos en el mismo barco, y por eso estoy aquí”. Casillas o Iniesta, que suman entre ambos 259 partidos con España, jugaron aquel día contra Suecia, como el jueves ante Eslovaquia. Pero ayer no asomaron la gaita. Que Alcácer y Azpilicueta (que ni siquiera jugó) fueran los elegidos para dar explicaciones cantó por bulerías. Fue algo inexplicable.

Su comparecencia se programó en medio del trascendente partido que la Sub-21 estaba disputando en Serbia. El resto de los futbolistas pudieron ver el primer tiempo completo. No ya el segundo. Del Bosque puso un entrenamiento a puerta cerrada a esa hora. Un entrenamiento secreto para jugar contra Luxemburgo, 127 del ránking FIFA y la selección más goleada de Europa según la UEFA. Una perita en dulce para maquillar lo que realmente le pasa a España: que desde el Mundial no sabe por dónde le da el viento.

Estrés. Del Bosque ha puesto la espalda contra la pared. Se siente “observado con lupa” y afirma que no tiene que “agachar la cabeza”. “No falló España, acertó el rival”, dijo en Eslovaquia. No hace autocrítica, antes una de sus virtudes. Pero esa aparente tranquilidad choca con algunas de sus actitudes. En Zilina, algo extraño en él, protestó de seguido al cuarto árbitro y no paró quieto en la banda. Tras el partido sudaba como si lo hubiera jugado él. Está en guardia y tiene síntomas de estrés.

El viaje a Luxemburgo fue un funeral. En el avión de España no se escuchaba ni una mosca. Las caras largas. Algunas eran un poema. Por ejemplo la de Casillas. En su caso sobran las explicaciones. Otras, como la de Cazorla y Jordi Alba aún reflejaban sorpresa. Uno porque salió de lateral derecho. El culé porque acabó de delantero centro. Remató de cabeza en el área de Eslovaquia en el minuto 90. A todo lo anterior, que sucedió en sólo 24 horas, hay que sumar lo que ha pasado desde que acabó el Mundial de Brasil.

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Los últimos cuarenta y cinco días han sido un caos. Desde el ‘caso Piqué’ hasta el parte médico fantasma de Diego Costa, que sigue sin marcar con España seis partidos después de su debut. Chocan sus números en La Roja con los que tiene en el Chelsea. Que no se adapta al juego de la Selección ya no es una sospecha. Es un hecho. Toni Grande fue nítido cuando TVE le preguntó por el hispano-brasileño justo antes del partido en Zilina: “A ver si mete un gol ya...”.

Por suerte, aunque ya nunca se sabe, el partido de mañana es propicio para correr un tupido velo. Se esperan cambios y se barrunta una goleada. Por lo menos es lo que normalmente recibe Luxemburgo.

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