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ATLÉTICO | Griezmann

"Benzema me dijo que el fútbol es sólo estadística; tiene razón"

Griezmann habló en L'Équipe Magazine de su selección y del Atlético: "Si me ficharon, es por mi calidad. No para que cambie mi estilo de juego".

Griezmann, portada de L'Équipe Magazine

Antes del Mundial, usted nos había mostrado sus tatuajes y pretendía añadir el dibujo de una favela. ¿Ya está hecho?

No, todavía no. Tengo el sitio en el codo derecho bajo el Cristo del Corcovado, pero sé que va a ser doloroso. Es una zona dolorosa para los tatuajes. Espero un poco antes de decidirme. Me acuerdo todavía del dolor por el dibujo de unas nubes sobre mi brazo. Todo lo que es codo y muñeca, no es fácil En todo caso, en mi cabeza está claro. Lo quiero lleno de pequeñas casas pegadas las unas a las otras. Ya hablé de eso con mi tatuador, que vive en San Sebastián. O vendrá a hacérmelo, o, si tengo dos días de descanso, subo allá y saco provecho de eso para ir a ver a los amigos de la Real.

¿Si Francia no le hubiera llamado para el Mundial hubiera pensado en tatuarse una favela?

Sí. No es una simbología del Mundial. De mi Copa del Mundo, volví lleno de otros recuerdos. En particular camisetas. En todos los partidos cambié una y guardé un ejemplar de la camiseta de Francia de cada uno de mis partidos. Tengo la de Seferovic porque hemos jugado juntos en la Real Sociedad. Para Honduras, Ecuador y Nigeria, no me acuerdo de los nombres. Después del encuentro contra Alemania, recuperé la de Marco Reus, que no jugó por lesión En el vestuario, un tío del staff llegó lleno de camisetas de la selección alemana y elegí a Reus porque me gusta mucho.

¿ Es coleccionista?

Un poco. Guardé mis botas del Mundial. Están totalmente grabadas y personalizadas y van pronto acabar en mi pequeño museo personal en Mâcon. Mis padres se ocupan de eso. No queda más que colgar las camisetas. El arquitecto es mi madre, porque quiere que todo quede bien presentado. Cuando entre en el museo habrá justo de frente las camisetas francesas de la Copa del Mundo. Sobre las paredes laterales, las de los equipos rivales. Y estarán también mis botas y un balón del Mundial.

Usted colecciona también seguidores en Twitter. Con 60.0000 followers, es uno de los franceses más seguidos.

Creé #TeamGrizzi como un lazo entre ellos y yo. Así pueden seguir todo el tiempo mis aventuras. Saben que leo sus mensajes y que necesito su apoyo. Me encanta comunicarme con ellos en directo. Tengo bastante tiempo libre.

¿Cómo explica que usted se haya vuelto tan rápidamente popular, hasta ser percibido como la "mascota" de los bleus?

No me corresponde a mí responder esa pregunta. Posiblemente el público se da cuenta de que me gusta llevar la camiseta de Francia, que es un orgullo inmenso, pero que no se me sube a la cabeza. Y no quiero ser la mascota de los bleus. Sólo un compañero. Mi aspecto, mi corte de pelo, mi relajamiento, mi voluntad de ser normal, eso no es estudiado. No quiero construirme un personaje. Sólo tengo ganas de reírme con todo el mundo. Soy un tío positivo. Cuando estoy con el grupo me gusta reír. Ser feliz y hacer reír a los otros.

¿Hasta con los líderes de la selección?

Hay que saber con quién hacerlo… Hay que tener cuidado. El capitán, los más antiguos, hay que respetarlos... Es normal. Luego, es el grupo el que te adopta y acabas por sentirte cómodo. Después, tienes afinidades generacionales. Pero todo el mundo me ayudó a integrarme. Varane y Pogba, entre los jóvenes, o Evra, Lloris y Benzema, entre los líderes.

Benzema es su "hermano mayor" con los Bleus. ¿Cuáles fueron sus consejos en su llegada en el equipo de Francia?

¡Estadísticas! Me dijo que el fútbol era sólo un asunto de estadísticas. Y allí, reflexionas y te dices que tiene razón.

¿Usted no había pensado en eso antes?

No. Marcaba un tanto, bien. Hacía un pase decisivo, bien. Lo importante era la sensación de haber realizado un buen partido. Ahora, me apoyo en mis estadísticas para juzgar mis prestaciones. Estoy concentrado más en la idea de marcar un gol o de dar un pase decisivo. Al principio de cada partido pienso en eso. En el descanso, miro mis estadísticas.

¿Cuáles son las otras estadísticas importantes para usted?

El número de tiros. El porcentaje de chuts. El número de ocasiones creadas.

Cuando hablamos de estadísticas, hablamos de rendimiento individual. Es un consejo egocéntrico el que le dio Benzema…

Soy alguien muy colectivo. Lo vimos contra Alemania, cuando tenía una ocasión para tirar preferí pasársela a Karim.

No es una buena elección para engrosar su estadística de goles…

Si mi compañero está colocado mejor, escogeré siempre al colectivo. El tiro es para mí la última solución. Me gusta hacer jugar a los otros. Ahora, si estamos en el área, es otra historia. Allí, trato de golpear.

Usted es muy cercano a Benzema. ¿Necesita una figura que le tutele para existir?

No hago caso de eso. Soy amigo con Karim, pero también de Raphaël Varane o Paul Pogba. Intento no aislarme del grupo y relacionándome con un solo jugador. Me gusta mucho reír con todo el mundo. ¡Usted puede decir hoy que soy su protegido pero volveremos a hablar de eso en 2016! Bueno, hasta entonces me veré con Karim y Raphaël. Vivimos en la misma ciudad. Hemos hablado de hacer una buena cena. Vamos a intentar que sea Karim quien page … (Risas.)

¿Y en 2016?

No será más Antoine " el protegido de ", sino sólo Antoine Griezmann.

Usted acaba de ser tocado dos veces por la suerte. Ribéry se pierde el Mundial y después decide dejar la selección. ¿Regalo o regalo envenenado?

Ninguno de los dos. No soy el sucesor de Ribéry. No estoy a su nivel. No siento ninguna presión mediática, ni tampoco sobre el césped.

Pero la presión mediática va a llegar. Usted está en primera línea ahora. Ribéry no está. Usted debe imponerse.

En la Real Sociedad, conocí momentos difíciles. Supe hacerlos frente. También mi salida nocturna con la Sub-21 en octubre 2012 que me deparó trece meses de suspensión con la selección. Me sirvió para madurar mentalmente. No hay que olvidar que salí de mi casa a los 13 años para instalarme a 800 km, en otro país. Eso también, endurece.

¿Irse de la Real después de diez años de vida común fue tan difícil como alejarle de su familia a los 13 años?

Dejar Mâcon fue mucho más duro. Cuando fui al aeropuerto de Lyon para irme a España, lloraba en el coche. Mis padres me preguntaban si verdaderamente quería ir allá...

¿Por qué frente a Nigeria, espontáneamente, les dijo a sus compañeros de equipo que usted no era el autor del 2-0?

Porque a veces con mi hermano o con los amigos vemos situaciones así por la tele y nos reímos. “El tío pretende hacer creer que es el quién ha marcado”, solemos decir. No quería que mi hermano se riera de mí.

¿Piensa verdaderamente poder llegar al más alto nivel?

Estoy en un gran club y tengo que aprender mucho todavía. Con Diego Simeone y su staff, ya progresé. He trabajado mucho físicamente y tácticamente también. Esperan de mí que haga daño a la defensa rival, pero también que sea bueno en defensa. Presionar, defender, me gusta. Ser inteligente tácticamente. Saber cometer una pequeña falta para cortar un contraataque.

¿Lo consigue ?

Observo lo que hacen mis compañeros. Los sudamericanos son muy fuertes jugando de espaldas a portería y conservando el balón. Los verdaderos delanteros centro utilizan mucho su cuerpo.

¿Va a muscularse como Gareth Bale en el Real Madrid?

No, no hago musculación. Si se me ficharon, es por mi calidad. No para que cambie mi estilo de juego. Debo justo aprender a jugar sin precipitación, conservar mejor el balón.

¿Pero es justamente su juego eléctrico el que le llevó a la selección francesa no?

No voy a cambiar todo, pero debo aprender a provocar más al adversario. Es lo que el mister me pide aquí. Tendré que alternar. Cada entrenamiento es una prueba. Debo cada día demostrar que tengo mi sitio en el once. Me adapto. Estoy seguro de mí.

¿Sin reinventarse?

Siguiendo los consejos de mis compañeros. Gabi, el capitán, me explica a menudo cómo encarar al adversario: “Atrévete porque el equipo esta detrás de ti”. Hace todo lo posible para que yo esté tranquilo. Observo también los movimientos de Mandzukic. Me instruyo.

Usted tendrá que seguir creciendo, imponerse...

En el equipo de Francia debo pedir más el balón, eso seguro.

¡Éric Olhats, que le llevó a la Real Sociedad, no dice otra cosa!

Eso vendrá a fuerza de tener buenas estadísticas. Marcar con Francia... Conseguir asistencias... En la Real Sociedad, al principio, no me daban la pelota, y luego, me impuse. Naturalmente. Con Francia, a medida que pase el tiempo iré teniendo más peso. Podré entonces pedir el balón.

¿Y le gritará a Benzema si él le olvida, como él hizo durante el Mundial con Olivier Giroud?

Hoy, si él no me pasara la pelota bastaría con decir: “Hubiera podido dármela”. Porque tengo sólo 10 internacionalidades. Aunque esa misma acción con la Real, con el jugador que fuera también diría: “Podías habérmela pasado”. ¡Pero vuelva dentro de dos meses y usted verá como le gritaré entonces a mis compañeros!

Éric Olhats tiene razón.

Siempre me ha ayudado mucho. Me llama a menudo. A veces, le digo que me llama demasiado (risas), pero es un placer discutir con él. Es lúcido y franco. Sabe como estoy sólo con oír mi voz. Todavía me acuerdo. Debía tener 15 años, una noche de partido volviendo con él, me dijo que no le habían gustado mis lanzamientos. Cogimos su coche y fuimos al frontón para ensayarlos...

Frente a España, en septiembre, usted no jugo bien y Didier Deschamps le dijo que no estaba contento.

No logré hacer un buen partido. No tengo ninguna excusa. No tengo ninguna explicación para justificarlo.

¿Qué le dijo?

Que no debo dormirme. Que debo demostrar algo en cada partido. Que debo tener confianza en mí mismo. Que debo continuar trabajando. Le dije: “Sí, sí, lo sé. No he hecho un buen partido. Toqué muy pocos balones. Esto no se reproducirá más”.

Después de España, el país que le formó como futbolista profesional, usted va a enfrentarse con Portugal. El país de origen de su madre. Otro partido especial.

Claro. Todavía más porque mi abuelo, Amaro Lopes, fue profesional en el Paços de Ferreira. Voy a pensar en eso en el momento de entrar al césped. Todavía no sé cómo rendirle homenaje. Lo estoy pensando.

¿Grabando su nombre en sus botas como lo hace con los miembros de su familia?

Por qué no. Ya llevo una bandera francesa, lo hacía antes de haber sido un verdadero bleu. Estoy orgulloso de representar a mi país y desde pequeño, cuando veía a los profesionales con una bandera grabada en sus botas, me prometí hacer lo mismo. Para el Mundial, hice grabar también las siglas UFM-France-RS. Son los que me ayudaron a ser mundialista. La Union Football Club Mâconnais, el equipo de Francia y la Real Sociedad. Quería agradecérselo.