Una foto de familia en oblicuo con pasillo de seguridad
La sesión fotográfica fue larga. El póster oficial, centrado y clásico, se lo reserva el club. En el centro, Florentino Pérez, Carlo Ancelotti, Benzema y Khedira.

Muchos de ustedes se estarán preguntando el porqué de la foto en oblicuo. Les resuelvo las dudas. No es por timidez de los protagonistas, ni se trata de una orden del presidente para mostrar su perfil bueno, al estilo de Julio Iglesias, que, en su caso, sólo se deja fotografiar desde la derecha (repasen el ¡Hola! y verán). Nada de eso. El Real Madrid sirve esta imagen a los medios de comunicación para reservarse la impresión y comercialización de la clásica foto oficial.
Nada que oponer, y menos en estos años de crisis, con Gay de Liébana apretando. Sin embargo, antes no ocurría. Antes los clubes se daban por satisfechos con mostrar gratis a su patrocinador en las páginas de los diarios, muchas veces en la portada de los periódicos deportivos. Eran otros tiempos, naturalmente. Entonces los jugadores atendían entrevistas personales sin merma para su integridad ni menoscabo para sus equipos, que seguían ganando títulos, incluso Copas de Europa. Ahora el club hace los reportajes esterilizados, formula las preguntas pasteurizadas y los futbolistas dicen lo que les da la gana en Twitter. Otros tiempos, ya digo.
Pero volvamos a la foto, aunque sea en oblicuo. La disposición de las manos del presidente es el primer elemento que provoca inquietud. Mientras los jugadores sentados reposan las manos en sus rodillas, Florentino parece protegerse de un lanzamiento de Roberto Carlos. Hubiera sido mucho más apropiado que posara de pie o incluso en suspensión sobre la última fila, ACS cuenta con grúas de sobra.
Orden. El protocolo en el reparto de posiciones suele ser otro asunto del máximo interés. Para ello, resulta un buen ejercicio imaginar que los jugadores están en lo alto de un andamio (volvemos a ACS) o en un precipicio de vértigo. En ese caso, nos preocuparíamos por aquellos que están en los extremos, los más vulnerables, los que podrían caer al abismo más fácilmente. A saber: Nacho, Jesé, Carvajal, Keylor, Chicharito, Varane, Illarramendi... Simple casualidad, no me tomen en serio.
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Ahora, si me lo permiten, fijen su atención en aquello que Luis Aragonés llamaba el pasillo de seguridad, la columna vertebral de cualquier equipo o grupo en formación fotográfica: Florentino, Ancelotti, Benzema y Khedira. Otra coincidencia más, continúen sin hacer caso.
La sesión fotográfica fue larga, pero es seguro que nos perdimos lo mejor. No tenemos noticia, por ejemplo, de las fotos de familia con el uniforme rosa ni con la camiseta del dragón, composiciones que presidente y entrenador debieron acompañar con trajes adecuados, de mago o de chino. Ya lo ven. No hay como ocultar información para desatar la imaginación perversa. No hay como colocarse en oblicuo para que te miren torcido.



