El PSG, con muchas bajas, no jugó a nada en Toulouse

Para que se hagan una idea: el partido del Barça en La Rosaleda del pasado miércoles fue un espectáculo comparado con el que el PSG ofreció ayer en Toulouse. Muy pobres los parisinos, que siguen sin poder contar con Ibra, Thiago Silva y el argentino y Lavezzi. Pese a tener una plantilla multimillonaria, Lauren Blanc no acaba de perfilar con un estilo de juego definido que permita bordar el juego, tal y como sueñan los propietarios del conjunto capitalino.

Una pillería de Verratti metió a los capitalinos en el partido (32’, marcó Bahebeck), después de que Ben Yedder aprovecharse en el arranque del choque (8’) un error garrafal de Aurier que dejó vendido a Sirigu, que con impotencia observó como el remate del atacante local acababa dentro de su portería. Hasta ese momento y mientras el Toulouse tuvo fuerzas para presionar y ahogar, el PSG padeció. Ni se encontró en el choque y sólo el portero internacional italiano, la mala fortuna y alguna decisión arbitral acabaron por condenar a los locales, brutalmente apoyados por una grada que quiere tanto a los suyos como detesta el proyecto multimillonario del equipo parisino.

Sólo Cavani creía entender qué se había de hacer. Blanc movió el dibujo y permitió que Verratti se quedase como pivote y que Pastore combinase con la potencia de Matuidi. ¿Cabaye? Poca cosa más allá de golpear alguna vez con aciierto y de dejarse gran parte de su potencial físico en ahogar el variante juego de los locales: a veces al pie y otras a la contra.

Al final, después de una segunda parte en la que Blanc movió el banquillo y puso a Moura, posiblemente su jugador más en forma, tuvo que ser la retaguardia la que se abonase a salvar a su equipo. David Luiz estuvo irregular, pero puso el pie y el cuerpo cuando tocaba, mientras que Camara corría hacía atrás, dando una clara señal de que lo estaba pasando fatal el PSG en Toulouse.