Juicio a la era Laporta
La junta azulgrana no se apiada de sus predecesores en el cargo
El club les exige en sus conclusiones 47,6 millones de euros. Un letrado avisó que “para no ser demandado, venda a los cracks en el último año para equilibrar pérdidas”.
Entró ayer el juicio por la acción de responsabilidad contra la última junta de Laporta en la fase de conclusiones por parte de los abogados presentes en la sala, que son tantos, que podrían formar entre ellos un orfeón, una colla castellera o una Liga de Fútbol- 7. Como son tantos, la cosa va para largo. Las conclusiones se alargarán hasta el martes, cuando quedará el juicio visto para sentencia.
El primero en exponer sus conclusiones fue el abogado de la actual junta, Fernando Cerdà, que dejó muy claro que tras una semana de debates la parte actora piensa apiadarse de sus predecesores. Solicitó de nuevo que los demandados pagaran de manera mancomunada 47,6 millones de euros más las costas del juicio y que se reclamara a la aseguradora Zúrich el pago de los 25 millones de la póliza suscrita con la última junta de Laporta. Éstos se descontarían de los 47 solicitados. Tanta discusión, tantos peritos y tantas preguntas para acabar pidiendo lo que pedían al principio.
En sus conclusiones, la parte actora (el Barça de Bartomeu) aseguró que: “es inconsistente, incoherente y contradictorio que lo que sabían los directivos en el 2010 lo nieguen ahora. La junta actual, no buscó problemas, se los encontró y en virtud a lo que ordena la Ley del Deporte, pidió responsabilidades a sus predecesores”.
Tras la exposición de las conclusiones por parte del abogado que defiende los intereses del Barcelona empezó el turno a los abogados de los demandados, que son 17, y que en la mayoría de los casos concurren cada uno con su respectivo letrado. Los de la aseguradora Zurich, ante tal apelotonamiento solicitaron ser los últimos en exponer sus conclusiones. El juez Martínez Borrego tenía buen día ayer y se lo concedió.
Perversos. A pesar de que casi cada directivo lleva a su abogado, la estrategia es común y se resumiría en las conclusiones que planteó Jaime Alonso-Cuevillas, quien denunció que la demanda de la junta de Rosell obedecía a “la mala fe, es tendenciosa e irregular”. El letrado advirtió de que una condena sería perversa porque “llevaría todas las juntas a vender a los cracks de su equipo en el último año para equilibrar pérdidas”.