Betis
Un nuevo caso Pedro León en Segunda: El bético Eder Vilarchao
El mediapunta, sin ficha, medita denunciar al Betis. Se truncó su cesión a cuatro equipos por el control económico ya que estos equipos sobrepasarían con él el limite salarial.
Hay otro caso Pedro León en Segunda a punto de estallar. Se trata del mediapunta del Betis Eder Vilarchao (24 años). En la actualidad, el jugador nacido en Barakaldo está sin ficha después de que su club intentase sin éxito colocarlo en otros equipos hasta el último día de mercado (e incluso después), ya que sus cuatro pretendientes (Osasuna, Recreativo, Racing y Alcorcón) excedían con su llegada a última hora los presupuestos marcados en el control económico por la LFP. Ahora, tras pedir su representante (Luis Carlos Fernández) asesoramiento a la AFE, el jugador medita denunciar al Betis por dejarlo sin poder ejercer su profesión. Si no lo ha hecho todavía es porque espera poder fichar esta semana por otro equipo que le pretende de Segunda, sin esas apreturas económicas, o irse al Benfica B.
Vilarchao firmó un contrato por una temporada en 2012 con el filial del Betis. Llegó procedente del Sestao y tras formarse en la cantera de Lezama. Y en Sevilla no le ha acompañado la suerte pese a que Pepe Mel le hizo debutar en Primera el 13 de enero de 2013. Diez días después se torció el tobillo izquierdo en un entrenamiento en La Cartuja y ahí empezó su calvario con tres operaciones en 15 meses después de serle diagnosticado una fractura articular de la metáfisis distal de la tibia.
Pese a la baja, el Betis le renovó hasta 2016. La temporada pasada ya se quedó sin ficha porque no terminaba de curarse, pero ahora está disponible. De hecho volvió a jugar en pretemporada ante el Brighton. Eder Vilarchao nunca ha tenido ficha del primer equipo, pero por contrato ya no puede jugar en el Betis B. A la espera de una solución, sigue entrenándose a las órdenes de Julio Velázquez con el dorsal 30.
Otra víctima del exigente control
Vilarchao ha intentado cerrar su cesión por varios equipos, pero cada una de las negociaciones se rompieron por el control económico impuesto por la LFP. El Alcorcón no podía excederse de los 4,1 millones de euros de tope salarial fijado. El Recre de los 3,2. Osasuna, de los 7,9. Y el Racing de los 2,1.