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Javi Lara ya es el nuevo héroe del fortín de Ipurua

El cordobés hizo el primer gol del Eibar en la élite: "Soñaba con esto desde pequeño y esperaba el debut en Primera". La pasada campaña estuvo en la Ponfe.

Javi Lara, celebra el gol junto a sus compañeros.
Javi Lara, celebra el gol junto a sus compañeros.Getty Images

El golazo de Javi Lara a la Real Sociedad cambió el rumbo de la historia en el fortín de Ipurua. Escribió la primera línea de la bella historia del Eibar en la Liga BBVA y disparó la popularidad del centrocampista cordobés, uno de esos jugadores de los que apenas había referencias en la primera línea futbolística nacional. Porque sí, de Lara se sabía que, a sus 28 años, iba de la mano con el club armero en el estreno en Primera, tras jugar sólo 46 partidos en Segunda. Y que pese a su obra de arte en el derbi guipuzcoano, su relación con el gol no ha sido muy estrecha: marcó cuatro en la última Liga, con la Ponferradina (dos de falta).

Fue un gol de bandera, de falta directa, similar al que endosó al Madrid en Copa hace un par de años, cuando militaba en el Alcoyano, aunque mucho más complejo, porque, al lado de la línea de fondo, apenas tenía ángulo. En aquel partido, de dieciseisavos de final, Lara denunció que Di María tuvo un rifirrafe con su compañero De Dios y le espetó: “Ahora me pides la camiseta, fracasado”.

Un desliz. Lara jugó en 2006 en el Real Unión de Irún y declaró en el programa Punto Pelota: “Respeto el fútbol vasco, pero no me identifico con él. Se juega muy directo. No vivía a gusto allí. Iría a comer y volverme. Fueron seis meses eternos, lo pasé muy mal. Si me pasara otra vez, no iría seguro”. Cuando se presentó en Eibar hace poco justificó que fue un pecadillo de juventud.

Ahora nadie se acuerda de eso. Es un héroe. “Desde pequeño soñaba y esperaba el debut en Primera —confesó ayer—. Cuando empezó el partido, me acordé de que en el colegio siempre estaba deseando que sonara la bocina para jugar al fútbol. El gol se lo dediqué a mi familia, que está muy unida. El año pasado perdimos a uno de los miembros y por eso señalé al cielo”.