Rayo - Atlético de Madrid
El Atlético inicia la defensa
El campeón, con Mandzukic-Griezmann, visita al Rayo (22:00, C+ Liga / GolT). El Atleti debe acoplar todavía piezas, pero el corazón sigue intacto.
Acabó la Liga 13-14 y el Atleti no se cayó (a no ser que lo hiciera de madrugada mientras celebraba el título). Empezó la nueva temporada y el temido desmantelamiento no fue para tanto: Supercopa a la mochila y a seguir jugando. Así empieza el campeón la defensa del trono: sólido pese a estar aún sin rematar. Hay que acoplar piezas, pero el corazón sigue intacto.
El Atleti comienza esta segunda parte de su película de ciencia ficción en Vallecas, campo amigo, pero amigo de esos que te levanta la novia si te descuidas. Amigo de instituto, vaya. A menor escala, las similitudes son obvias: el Rayo es un equipo de autor y Paco Jémez ahí sigue, contra viento y marea, flirteando con lo imposible año tras año. Gandalf disfrazado de hombre corriente.
Nuevos. Como a su rival, le han cambiado los adornos pero permanece el núcleo duro, con Trashorras, Baena y Bueno en la sala de máquinas y Tito, Zé Castro y Nacho detrás. El ataque está aún sin desembalar. En las bandas, prometen alegrías Aquino y Kakuta, cedidos por Villareal y Chelsea y que saben que Vallecas se ha convertido en lugar de peregrinación para jóvenes talentos por explotar (pregunten a Saúl, hoy titular en el Atleti). En punta, un Jonathan Pereira eternamente infravalorado. Calidad hay; gol está por ver. Ayudará ahí el regreso de Baptistao, que no puede jugar hoy por la triste cláusula del miedo que ha puesto el Atleti.
Simeone conocerá antes del partido su castigo por el show de la Supercopa, pero da igual hoy: no estará en el banquillo pues cumple sanción de la Liga pasada, igual que Raúl García. Arda, lesionado, es la otra baja en un once donde Griezmann y Mandzukic formarán el ataque, Siqueira sigue ganando la batalla del lateral izquierdo y Moyá parece empeñado en quedarse un puesto que no era suyo, pero se está ganando día a día.
El partido a partido comienza en Vallecas y veremos hasta dónde llega esta vez. Con esto, Simeone es como Pedro y el lobo: lo dice tanto que ya nadie le cree. Es el campeón y el cinturón no se regala. Jamás.