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SEVILLA 1 - VALENCIA 1

Gol de oro de Orban: Sevilla y Valencia están aún en la fábrica

El central argentino, de pecho, hizo el 1-1 casi al final con el Valencia con diez. Aleix había marcado el 1-0. De Paul, expulsado a los 50" de saltar al campo. Equipos en pruebas.

Gol de oro de Orban: Sevilla y Valencia están aún en la fábrica
P. GarcíaEFE

El estreno de Liga en el Sánchez Pizjuán fue de expediente X. El Sevilla ganaba 1-0 al descanso después de firmar un disparate de primera parte; un portero, Beto, se marchó lesionado al cuarto de hora por jugar con los pies. Además, un debutante en la Liga, Rodrigo De Paul, duró un minuto y siete segundos en el campo por una roja rigurosísima, y otro nuevo, Lucas Orban, lateral-central, marcó un gol de pecho como si fuera un Hrubesch. Fue el empate del Valencia, buen botín si se advierte que para entonces el nuevo equipo de Nuno estaba con uno menos. Ningún fotograma de la película del partido tuvo lógica. Puede que el empate, que no generará grandes terremotos en crítica y entorno, les permita ganar tiempo. Lo necesitan.

Pocas veces se verá un partido que expresa con tanta efusividad que dos equipos están aún en la fábrica, casi sin el diseño claro. Metidos en pruebas, con la mayoría de fichajes sin ritmo o sin tiempo ni para jugar (Deulofeu no jugó un minuto), Sevilla y Valencia fueron irregulares. Al primero le han arrancado a Fazio, Alberto y Rakitic, media columna vertebral (y que no se vaya Bacca…). El nuevo Valencia de Nuno es un escaparate que todavía puede enseñar alguna pieza más.

Deprimido por el adiós de Fazio y más desnortado que en toda la pretemporada, sin referentes, la primera parte del Sevilla fue una calamidad. La imagen de su desconexión y sus dudas, lógicas en un equipo que debe reiniciarse, fue la lesión del histriónico Beto, al que machacan los problemas musculares, y la aparición surrealista de Barbosa, que estuvo a punto de conceder un gol de chiste. Resultó increíble que el Sevilla se fuese al descanso ganando 1-0, aunque tal vez la explicación esté en dos futbolistas, Bacca y Vitolo, que sí elevan el nivel de calidad del Sevilla a lo que se espera de la entidad. El pase del canario y la maniobra del héroe de Puerto Colombia fueron magníficos. Aleix Vidal tardó dos veces en hacer el 1-0. Pero valió. Para el Valencia fue un varapalo, aunque en parte se lo buscó. Empezó con buenas ideas, al mando de Parejo y con Alcácer y Piatti muy revoltosos. Luego se esfumó.

No estaba con mucho ánimo el Sevilla, pero el 1-0 le fortaleció. Todo mejoró y el prisma viró. Se vio más a Denis, Krychowiak pareció más mandón, Barbosa atrapó más balón y el Sevilla pudo sentenciar con un remate de Vitolo. Fuera por poco.

El partido dio otro giro teatral en el minuto 66. Nuno ordenó el debut de De Paul. El argentino duró en el campo un minuto y siete segundos y, concretamente, 50 segundos desde que se puso el balón en juego hasta que Del Cerro Grande le expulsó rigurosamente por un manotazo a Aleix Vidal. La sangre del extremo le confundió. No fue para tanto. La expulsión, no obstante, sacó del partido al Sevilla, que fue trufando cambios sin demasiado sentido. El Valencia aprovechó las nuevas dudas de su rival. Parejo tiró fuera dos libres directos y los de Nuno coleccionaron acercamientos al área hasta que llegó el empate de Orban, que castigó las desconexiones del Sevilla, su pésima defensa a la salida de un córner en corto, y, tal vez, cierta prudencia de Emery. Racional, y frío, decidió no darle el caramelo del debut a Deulofeu y, con Iborra lesionado, metió a Luismi para cerrar el partido. No contó con un córner que no le permite empezar en triunfador. Habría que disculpárselo. A él y a Nuno. Los dos equipos acaban de nacer.

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