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Real Zaragoza | Christian Lapetra

“La zurda de mi padre era mágica; no vi otra igual aquí"

Carlos Lapetra se convirtió en una leyenda del Real Zaragoza en la época de Los Magníficos. Ahora, su hijo Christian lidera desde los despachos al club maño.

Christian Lapetra.
ALFONSO REYESDIARIO AS

Ya ha pasado casi un mes desde que ocupó la presidencia del Real Zaragoza. ¿Ha tenido tiempo para descansar desde entonces?

—Sí, hay tiempo para todo si uno se organiza bien, pero son días muy ajetreados.

—¿Y el club cómo se lo han encontrado? ¿Mejor o peor de los que se esperaban?

—En lo que respecta al tema económico y patrimonial, las personas que venían trabajando en esto ya tenían esa información. Lo que nos hemos encontrado es al personal muy ilusionado y confiado en que el proyecto que iniciamos sea bueno y perviva.

—El reto ilusiona, ¿pero también asusta?

—Mentiría si dijera que no, pero estamos confiados e ilusionados en que es posible devolver al Real Zaragoza al lugar donde tiene que estar, que es en Primera División y arraigado en la sociedad.

—¿Qué supone para usted introducir de nuevo el apellido de su padre en el club, aunque no sea en el área deportiva?

—No me lo había planteado nunca. Si me hacen esta pregunta hace cinco años, habría dicho que era impensable. Pero los patronos de la Fundación Zaragoza 2032 y la gente que está detrás pensaron en mi figura como la máxima representatividad para el club y acepté encantado el reto.

—¿El apellido Lapetra supone una responsabilidad además de un orgullo?

—Orgullo siempre, ya que todo el mundo está muy orgulloso de representar a sus mayores, y también mucha responsabilidad, ya que Carlos Lapetra lo ha sido todo en el Real Zaragoza y así lo demostró, jugando hasta el final de su carrera en el club y desoyendo ofertas de otros equipos. En mi caso, yo diría que es una triple responsabilidad: ocupar el cargo de presidente, ocupar el cargo de presidente de la Fundación Zaragoza 2032 y tratar de llevar al Real Zaragoza a lo más alto. A ello hay que añadir la responsabilidad de ser digno del apellido Lapetra.

—¿Cuándo empezó a darse cuenta de lo que significaba Carlos Lapetra para este club?

—Más bien tarde. Cuando éramos pequeños, nuestro padre era como cualquier otro: te acompañaba al colegio, jugaba contigo… En mi caso, como yo era deportista, jugaba conmigo al fútbol, al tenis, al baloncesto… Pasábamos mucho tiempo juntos, sobre todo en el campo, y quizás nos dimos cuenta de más mayores de lo grande que es la figura de Carlos Lapetra dentro del fútbol y la sociedad aragonesa.

—Usted nació un año después de que su padre se retirara. Ahora que se están recuperando vídeos de partidos de aquella época, ¿siente la curiosidad de ver cómo jugaba su padre?

—Hay imágenes pero no demasiadas, pero he tenido la posibilidad de ver alguno de los partidos y todo el mundo dice que fue un adelantado a su tiempo, con esa función de extremo retrasado, de ese mediapunta que ahora está tan de moda con los Silva o los Iniesta. La verdad es que yo estoy encantado de haberlo tenido como padre.

—¿Y qué le contaba su padre de su época de futbolista?

—No demasiado, ya que era muy reservado para esas cosas. Yo creo que terminó un poco cansado de tantas temporadas y la lesión del último año. Vivíamos el fútbol de una manera muy tranquila. Acudíamos a los partidos en Huesca, también en Zaragoza, pero no era un aficionado tipo.

—Y en la práctica, a la hora de jugar al fútbol con usted, ¿le daba algún consejo?

—Ninguno, ya que el tuvo claro que yo no iba a ser ningún segundo Carlos Lapetra. Él sólo me dijo que me divirtiera, que me lo pasara bien y que practicara un deporte de equipo, en este caso el fútbol, porque te integra y tienes compañeros de los que dependes.

—Futbolísticamente hablando, ¿alguna vez le dijeron que se parecía en algo a su padre?

—No lo sé. Cuando yo era niño, quería ser delantero y meter goles, como todos, pero no creo que hubiera ningún detalle especial que me hiciera parecerme a él. Lo poco que yo he jugado a fútbol en regional ha sido como mediocentro y no como extremo. La zurda de mi padre era mágica y yo no he vuelto a ver otra igual en el Zaragoza y sólo en muy pocos equipos en España.

—Al margen de su padre, ¿qué otro jugador del Zaragoza le marcó como aficionado?

—A mí me gustan los jugadores que asumen el rol de organizador, que sea el cerebro del equipo y su líder, aquel que tira del carro y gobierna los partidos. Cualquiera de los jugadores que ha ocupado ese rol me gusta. Evidentemente, prefiero un líder con calidad técnica que uno que no la tiene. En cuanto a mi padre, tampoco he puesto demasiado interés en ver si había alguien que se pareciera a él. Creo que no ha habido nadie que jugara como mi padre y será difícil encontrar a alguien que juegue como él.

—¿No tuvo ningún ídolo de pequeño?

—Quizás Cruyff, Zidane en los últimos tiempos… No me gustaba especialmente Maradona, probablemente por lo que era fuera del campo. Ahora me gusta cómo toca el balón Pirlo, pero en mi caso es difícil tener ídolos fuera de la figura de mi padre.

—Como aficionado y no como presidente, ¿le están gustando los fichajes del club?

—Son los fichajes que necesita el equipo ahora. Lo importante es que los chavales que vengan se sientan desde el primer momento comprometidos, que sepan que esto es el Real Zaragoza y no cualquier equipo y que la nueva directiva trata de llevar al club a donde debe estar y ellos son parte fundamental. Yo creo que son fichajes que nos van a dar tardes muy divertidas.

—La Liga de Fútbol Profesional sólo les permite tener un máximo de 18 fichas profesionales esta temporada por los problemas económicos del club. ¿No es una desventaja respecto a otros equipos?

—Es una norma y hay que cumplirla. Vamos a tratar de rentabilizarla. El Real Zaragoza tiene ahora mismo un problema en cuanto a su configuración, que nos impide destinar más dinero a fichajes. Eso ya lo conocíamos y vamos a tratar que esas 18 fichas sean las mejores 18 fichas que podamos encontrar en el mercado.

—Entre sus objetivos está recuperar los valores del club y el respeto del fútbol español, así como cuidar la cantera.

—Es fundamental para nosotros. El Zaragoza debe volver a ser un club querido y respetado y vamos a tratar de poner todo el empeño en ello. En cuanto a la cantera, es un proyecto aún por definir, pero es un aspecto fundamental, no sólo para nutrir al primer equipo de jugadores de calidad, sino que también es una fuente de ingresos. Además, queremos cumplir con nuestra responsabilidad social corporativa de formar personas para que todos aquellos que no lleguen, tengan la posibilidad de tener una salida profesional en otro sentido. La Ciudad Deportiva del Real Zaragoza debe ser una referencia en Aragón y en provincias limítrofes.

—En septiembre se van a encontrar con la primera piedra en el camino al tener que hacer frente a 18 millones de euros con Hacienda. ¿Han mantenido ya alguna reunión con la Agencia Tributaria?

—Está pendiente una reunión con Hacienda, que la tendremos a principios de mes. El equipo económico está trabajando en ello y a ver si somos capaces de hacerles ver que el proyecto es viable y podemos cerrar un calendario de pagos que garantice la viabilidad del club.

—¿Pero el club es viable con más de 100 millones de deuda?

—La deuda concursal está tasada y tiene su calendario de pagos. En ese sentido el club es viable, sobre todo en Primera, que es a donde tenemos que llegar lo antes posible. Si contamos con patrocinadores importantes que apuesten por la marca del club y somos muy consecuentes con los gastos, el Real Zaragoza es viable. No podemos gastar más de lo que tengamos y así vamos a trabajar: buscar ingresos nuevos y ajustar los costes al máximo.

—Su objetivo final es devolver el Real Zaragoza a los socios cuando el club sea viable. ¿Cuándo creen que será esto posible? ¿Cómo lo harán?

—Hoy por hoy a nivel legal no podemos traspasar las acciones así por así, pero ésa es nuestra intención. Ya veremos si hay cambios en un futuro y entonces estudiaremos el asunto. Es difícil marcar un plazo, pero si trabajamos con rigor y no pasamos apuros deportivos, la idea es que en ocho o diez años veamos un club viable que pueda permitirse hacer otros fichajes y aspirar a otros objetivos deportivos.

—A pesar de la importancia que tiene para el Real Zaragoza volver a Primera División, parece que la palabra ascenso sea tabú al tener que configurarse una plantilla nueva. ¿Usted qué opina?

—Vamos a hacer una plantilla para competir y todo el que compite quiere ganar. Somos el Real Zaragoza y nuestro objetivo es ganar este año la Liga de Segunda para estar la temporada que viene en Primera y no vamos a escatimar esfuerzos, pero por otro lado tenemos todos los condicionantes, aunque eso ya lo sabíamos. Creo que van a venir jugadores con calidad y que si están involucrados nos van a dar alegrías.

—¿Qué importancia puede tener el apoyo de la afición esta temporada?

—Su apoyo es fundamental, ya que el club no será viable nunca si no tiene una masa social importante. A mí me gustaría una afición que apoye al equipo, ya que va a haber días buenos y días malos y el equipo debe notar que la afición está con ellos. Debe haber crítica, pero siempre constructiva y espero que se comporten como lo que son: una afición señorial en un club señorial.

—Ya hay casi 15.000 abonados. ¿Qué cifra esperan para el 31 de agosto y qué les puede decir a los que esperaban una rebaja mayor en el precio de los abonos?

—Ya dije que con tener un abonado más que el año pasado ya habríamos cumplido el objetivo. Lo importante es que todo aquel que renueve su abono o se dé de alta sea porque siente al equipo y quiera apostar por el proyecto. El Zaragoza debe ser esta temporada muy fuerte en casa y cuantos más aficionados haya en La Romareda, mejor. En cuanto al precio, una decisión muy populista habría sido rebajarlo aún más, pero habríamos puesto en peligro los ingresos futuros, ya que los ingresos por abonados son hoy por hoy una parte muy importante. Nos hemos quedado donde hemos podido.

—¿Cómo le gustaría que le recordaran cuando deje la presidencia del Real Zaragoza dentro de unos años?

—Yo sólo soy la cabeza visible de un proyecto con mucha gente detrás. Deben recordar de nosotros que somos gente de Aragón que dimos un paso al frente para lidiar con este proyecto y que dejamos al Real Zaragoza donde debía estar. Sería bueno que se nos recordara por eso y nada más.