BETIS 3 - CARTAGENA 1
Dos victorias de dos para el Betis de Velázquez
Volvió a lograr un 3-1, esta vez ante el Cartagena, que le puso en problemas durante la primera parte. La mejor noticia: la dupla Rubén-Molina apareció de nuevo.
“Ganar, ganar y ganar” gritan con furia los futbolistas del Betis antes de salir del vestuario, camino del césped. Un eslógan, claro, propuesto por el técnico Julio Velázquez y que de momento cumple a rajatabla en dos partidos de dos. Era de suponer que el Cartagena, un histórico pero en Segunda B, iba a presentar menos batalla de la que dio el Brighton. Menos fieros de lo que se preveía, los ingleses fueron presa fácil para el Betis a partir del empate de Rubén Castro. El Efesé, que así le llaman en Murcia al equipo cartagenero, puso las cosas difíciles en el primer tiempo. Su 9 y su 11, Gato y Migue, supusieron un dolor de cabeza para Caro y Jordi y fabricaron no menos de cinco ocasiones. En la última de ellas, el Cartagena logró su gol, entonces el empate.
Las pretemporadas deben servir para acoplar esquemas, futbolistas y físico, descubrir defectos y recuperar sensaciones. Una intensa semana, con 11 entrenamientos y dos amistosos, ha bastado al Betis para darle la vuelta a bastantes de las cartas de la baraja. El nuevo entrenador no esconde su sistema-fetiche, el 4-4-2 con extremos abiertos, que ha usado en las dos partes de cada amistoso (ante el Cartagena volvió a poner dos onces diferentes) y también en las sesiones de preparación, al menos las que se han producido a puerta abierta. En lo físico, el Betis parece avanzar incluso a un ritmo mayor de lo que sus pocos días de entrenamiento sugerirían.
En cuanto a los defectos, tanto el Brighton inglés como un conjunto teóricamente muy inferior como el Cartagena desnudaron uno muy evidente: hacen falta al menos dos defensas, un central y un lateral, para apuntalar la parte de atrás. La falta de agresividad provocó que el Efesé, como llaman al equipo murciano, pusiera en graves problemas al Betis a la contra, sobre todo en una primera parte en la que mereció más del 2-1 que reflejó el marcador al final del primer tiempo tras goles (golazo por la escuadra el primero, a lo Cristiano) de Vadillo y Rubén Castro. El canario volvió a conectar con su pareja fetiche, Jorge Molina, que tras una jugada de crack le puso el balón para que solo empujara el segundo tanto, al borde del descanso. Y ésa, la reaparición de una dupla atacante que se ha hartado de marcar goles en los últimos cuatro años, es la mejor sensación que puede recuperar este Betis.
Buen rival el Cartagena, capaz de proponer, con las lógicas limitaciones técnicas de su categoría, el fútbol que intenta imponer Velázquez en el Betis: presión, salida rápida a la contra y agresividad atrás. Esto último lo recuperó el equipo verdiblanco, al menos en parte, en una segunda parte con rosario de cambios veraniego y once renovado, Perquis y Bruno como centrales. Mucho de lo que ganó por abajo lo perdió arriba, ya sin Rubén ni Molina, y el final del partido transcurrió sin sobresaltos que dos chuts lejanos pero bien detenidos por el guardameta juvenil Pedro y otra, de Rennella, que no pudo parar el suplente cartagenero, Denis, para poner el 3-1 final. Las cosas, cada día, parecen más claras en este Betis que intentará volver lo antes posible a su categoría.