ELCHE
"Por ser el hijo de Míchel, la tolerancia a mi fallo fue mínima"
A sus 26 años ya ha jugado más de un centenar de partidos en Primera División cuando todavía no ha alcanzado la madurez futbolística.
Se le conoce por ser el hijo de Míchel, aunque pocos se paran a pensar en que a sus 26 años ya ha jugado más de un centenar de partidos en Primera División cuando todavía no ha alcanzado la madurez futbolística. Le pesa el apellido y le acusan de no ser competitivo, pero Adrián aún pelea cada balón paras cumplir sus sueños futbolísticas y hacerse con un nombre por sí mismo. Su padre ya es abonado del Elche y, como él, muchos tendrán la mirada centrada en su fútbol y en la de su equipo. Por delante, una temporada ilusionante para el futuro 8 del… Elche.
¿Qué le motivó para salir de Madrid y firmar por el Elche?
Lo más importante es el estilo de juego que tiene este equipo con Fran Escribá. También el interés que mostró el Elche por ficharme. Recibí la llamada del director deportivo Víctor Orta y del entrenador Fran Escribá, y eso, para mí, fue muy importante. Noté confianza y ganas de que viniera aquí a seguir en Primera División. Tenía una oferta del extranjero que era mejor económicamente, pero, como ya me ha pasado otras veces, le doy prioridad a lo que a mí me llena: competir al más alto nivel. Estoy muy contento de estar aquí.
A lo largo de su carrera se ha movido en varias posiciones del centro del campo. ¿Dónde se encuentra más cómodo?
Cualquiera en la que me mueva en la zona central del campo. En el Racing también jugué en la banda izquierda, pero no soy un extremo puro de velocidad de los que gustan ahora. El míster saber que si necesita contar conmigo en esa posición lo haré sin problemas porque si algo me gusta a mí es jugar en diferentes sitios.
Algo que le ha faltado en las últimas temporadas es gol. ¿Aportará la llegada que de usted espera Escribá?
Me gusta mucho la idea de jugar de área a área para llegar a zona de remate y rondar el gol. Quiero aprovecharme de las jugadas por banda para aprovechar el factor sorpresa. Igualmente hay que ser solventes en defensa como en la segunda vuelta pasada, en la que el Elche sólo encajó un gol en su estadio.
¿Cuánto le ha pesado a Adrián González ser hijo de Míchel?
Esa comparación siempre ha sido complicada para mí. Tuve a mi padre de entrenador y algunos lo vieron con una mirada muy subjetiva. Para mí, nunca fue un gran peso. Saber todo lo que ha sido mi padre para el fútbol español siempre ha sido un orgullo. Es cierto que cuando era más joven, me molestaba. Tenía la ilusión de llegar a su nivel, pero cada uno ha tenido su recorrido. Estoy feliz por lo que él hizo y por lo que yo estoy consiguiendo. Mi carrera prácticamente acaba de empezar y aún tengo la ilusión de llegar mucho más alto. Es lo que siempre he soñado.
A Adrián le han acusado de no ser competitivo. ¿Por qué?
Nunca lo comprenderé. Con los datos que ahora se manejan en el fútbol, podríamos demostrar que en el Rayo, en las dos últimas temporadas, fui el jugador que más kilómetros hice como titular. Siempre he estado muy tranquilo de mi entrega, intensidad y actitud. Si hay algo por lo que me han valorado mis compañeros en otros equipos ha sido porque, desde el primer día, compito para ganarme el puesto.
¿En qué tiene que mejorar para dar el salto definitivo en Primera División?
Me exijo tener más continuidad. En Santander jugué con dos entrenadores distintos. Fui titular con ambos, pero tuve lesiones. En el primer año de adaptación en el Getafe me costó hacerme con un hueco. Y en estas dos últimas temporadas en Vallecas, el entrenador (Paco Jémez) pensaba que no encajaba en su idea de juego. Trabajo en diferentes facetas, no sólo en la futbolística, para saber en qué fallé y así poder corregirlo. Un jugador nunca deja de mejorar.
Pero a los equipos de Paco les caracteriza el buen trato del balón. ¿Qué pasó?
Es cierto, pero quizás había otros mejores para sus esquemas y eso hay que aceptarlo. A cualquier futbolista le gusta participar. Me tocó tener un rol secundario y traté de ayudar cuando fuese necesario.
Con el esquema del Elche en la pizarra, ¿dónde está su sitio?
En la última fase de la Liga de la temporada pasada, el Elche jugó con tres futbolistas en el centro del campo. Donde mejor podría hacerlo es en cualquiera de los dos puestos por delante del pivote defensivo.
Su padre ya se ha hecho abonado del Elche. ¿Qué le dijo cuando le llegó esta oferta?
Que era fantástica. Los dos teníamos buena información del club. El Elche está haciendo las cosas bien, progresando y creciendo. Cuando tomé la decisión de venir aquí, le pareció fenomenal.
¿Qué es lo más injusto que le ha ocurrido en el fútbol?
Muchas cosas. Lo más duro ha sido que la tolerancia al error, en mi caso, ha sido mínima por ser el hijo de Míchel. Podía fallar menos que cualquiera. Cuando era más joven, sí me afectaba. Ahora, con más madurez, no le doy importancia. De pequeño se me exigía mucho, aunque en realidad era un chico como cualquier otro.
¿Tiene alguna espina clavada de su etapa en el Real Madrid?
No, ninguna. Llegué al Real Madrid con nueve años. Allí me formé como futbolista y como persona, con los valores de un gran club que me han servido para mi vida. No puedo mentir y en privado recuerdo que cuando empecé en el Castilla me iban las cosas bastante bien y esperaba una oportunidad más pronto. Mis expectativas eran más amplias de las que conseguí. Pese a ello, no me desanimé y no he perdido la ilusión de competir al máximo nivel.
¿Y qué espera del Elche?
Espero que sea una buena temporada. En los primeros días en este club, me está sorprendiendo la forma de trabajar y cómo está montado todo alrededor del Elche. Tiene pinta de ser uno de los grandes de España. No muchos tienen estas instalaciones y este organigrama. Con 15.000 abonados, a mitad de agosto, es algo tremendo. Tenemos todos los ingredientes para ser un equipo de arriba si se hacen las cosas bien.
¿Sólo aspiran a la permanencia?
No me gusta hablar de eso. Mirar hacia atrás es peor que mirar hacia lo que puedes alcanzar. Prefiero ir, como dice Simeone, partido a partido. Eso te da más inercia. No sabemos aún dónde podemos llegar. Tuve la suerte de estar en el mejor Getafe de la historia sin hacer ruido. Fuimos sextos, por delante del Atlético. Hay que ser ambiciosos, eso sí.
¿A quién conocía de este club?
En el Racing estuve con Toño y con Cisma. Ellos me hablaron fenomenal de la entidad y de la ciudad. Venía encantado y los primeros días aquí han servido para confirmar que mi decisión ha sido la correcta. Ahora me junto más con Diego Rivas, Pelayo y Pedro Mosquera, con los que estoy en el hotel.
¿Qué dorsal le gustaría llevar en su nueva camiseta?
Suelo llevar el dorsal número 8 o el número 23. Depende de los que queden libres. El de mi padre (el 8) ya lo llevé en el Rayo. No me pesaría.