FINAL | ALEMANIA - ARGENTINA
25.000 agentes velarán por la seguridad en Rio de Janeiro
Efectivos de la policía, bomberos y de la Fuerza Nacional de Seguridad se encargarán de garantizar la seguridad en los alrededores de Maracaná.
El mayor despliegue policial-militar de la historia de Brasil comenzó a ser movilizado a partir de hoy en Río de Janeiro para evitar incidentes en el partido entre Argentina y Alemania que definirá mañana al campeón del Mundial de fútbol. Según el secretario de Seguridad de Río, José Mariano Beltrame, el esquema de seguridad movilizará a más de 25.000 agentes, entre policías, bomberos y efectivos de la Fuerza Nacional de Seguridad.
El contingente es superior incluso al utilizado en julio del año pasado, cuando el papa Francisco visitó la ciudad para hablar ante los millones de fieles católicos que intervinieron en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). "La diferencia se debe a la naturaleza del evento. El primero era totalmente religioso, y el de ahora es deportivo", expresó Beltrame.
Además del escenario del partido decisivo, el mítico estadio Maracaná, habrá refuerzo policial en la sede de la gobernación de Río, el Palacio Guanabara, donde la presidenta brasileña Dilma Rousseff ofrecerá un almuerzo a los jefes de Estado y de gobierno que acudirán a la final, entre ellos la canciller de Alemania, Angela Merkel, y el presidente de Rusia, Vladimir Putin.
Una de las preocupaciones de las autoridades se refiere a la posibilidad de protestas antes de la final, ya que el Comité Popular de la Copa y otros grupos antiMundial han convocado manifestaciones a través de las redes sociales. "FIFA ¡go home! ¡No va a haber final!", afirmó en su página en Facebook el grupo Frente Independiente Popular, al convocar un acto que se iniciaría cuatro horas antes del partido en la plaza Saens Peña, a sólo dos kilómetros del Maracaná.
En un intento de desalentar la manifestación, las autoridades arrestaron en las últimas horas a 19 activistas que participaron en la ola de protestas populares que sacudió el país el año pasado, durante la Copa Confederaciones.
Según la organización de derechos humanos Justicia Global, los arrestos forman parte de un plan de las autoridades de detener durante cinco días a un total de 60 activistas. "Detenidos y detenidas, incluyendo a dos mujeres que son madres, están siendo llevados a la 'Ciudad de la Policía'. Llegan en camionetas y son retirados de los vehículos bajo la mira de fusiles", afirmó la entidad, al protestar contra la medida.
El comunicado de Justicia Global sostiene que los arrestos "dejan en evidencia el propósito único de neutralizar, reprimir y amedrentar a los hombres y mujeres que han convertido su presencia en las calles en una de sus formas de expresión y lucha por justicia social".
El otro gran temor de las autoridades se refiere a la seguridad en el mismo estadio Maracaná, que durante la fase de grupos fue invadido por más de un centenar de hinchas chilenos que ingresaron en la sala de prensa en un intento de seguir el partido entre su equipo y Holanda. Según Beltrame, la seguridad será intensificada en toda la zona alrededor del Maracaná "para evitar la circulación de personas sin entradas, con boletos falsos o con tickets de otros partidos que buscan una oportunidad para lograr acceder al estadio".