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FINAL DE CONSOLACIÓN | BRASIL-HOLANDA

Rousseff niega la intención de nacionalizar el fútbol brasileño

"El Gobierno no quiere comandar el fútbol ya que este deporte no puede ni debe ser estatal. Queremos ayudar a modernizarlo, escribió en Twitter.

Brasilia
Dilma Rousseff.
EFE

La presidenta brasileña,Dilma Rouseff, negó que su Gobierno pretenda estatizar el fútbol pero pidió una modernización y reformas para frenar el éxodo de los mejores jugadores del país hacia el exterior.

"El Gobierno no quiere comandar el fútbol ya que este deporte no puede ni debe ser estatal. Queremos ayudar a modernizarlo. Cuenten con nosotros para eso", escribió en su cuenta en Twitter.

La jefe de Estado respondió de esa forma a líderes de la oposición que acusan al Gobierno de querer estatizar el fútbol luego de que el ministro de Deportes, Aldo Rebelo, defendiera una mayor intervención estatal en la actividad tras la histórica goleada por 7-1 que Brasil encajó ante Alemania en semifinales del Mundial.

"Tenemos poco poder de injerir en la reglamentación o en la gestión de los clubes. No soy a favor de que el Gobierno escoja al presidente de la CBF (Confederación Brasileña de Fútbol) o de los clubes, pero deberíamos tener una mayor participación, una mayor actuación, ya que ofrecemos recursos", dijo el ministro el jueves.

Rebelo alega que una legislación aprobada recientemente por el Congreso impide que el Gobierno fiscalice el funcionamiento de los organismos rectores del fútbol o los clubes.

El senador Aecio Neves, líder del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) y principal rival de Rousseff en las elecciones presidenciales de octubre próximo, criticó el supuesto deseo de Rebelo de crear lo que llamó como "Futbras", en referencia a una posible estatal para comandar el fútbol.

"Brasil no quiere crear una Futbras. Lo que quiere es dejar de ser un simple exportador de talentos", respondió hoy la jefe de Estado en su cuenta en Twitter.

Alega que el sostenimiento de los estadios que Brasil construyó para el Mundial depende de que los clubes cuenten con estrellas en su conjunto y consigan atraer al público a sus partidos.

"Tenemos un inmenso talento y amor por el fútbol. Contamos ahora con los mejores estadios. Con renovación tendremos siempre el mejor fútbol del mundo", afirmó la mandataria.

Rousseff alegó que Brasil es una de las mayores economías del mundo y tiene condiciones de tener una de las mayores taquillas mundiales en el fútbol pero que, para ello, es necesario ofrecer oportunidades para que los mejores jugadores se queden en el país.

"Tenemos que ampliar las oportunidades para que nuestros cracks jueguen en Brasil y darles las mismas condiciones del mercado internacional. Las oportunidades tiene que ser ofrecidas desde las divisiones juveniles hasta el nivel profesional. Sólo de esa forma garantizaremos que los jugadores de excelencia se queden en Brasil", afirmó la mandataria.

Brasil es el mayor exportador mundial de futbolistas y la gran mayoría de los jugadores de la selección juega en el exterior, principalmente en clubes europeos.

Dijo que la propuesta de su Gobierno es promover una profunda reforma para crear condiciones para que los futbolistas permanezcan en el país pero en ningún momento estatizar la actividad.

Agregó que, por ser una actividad privada, el fútbol "necesita contar con las mejores prácticas de gestión privada en las áreas comercial, financiera y futbolística", y que el Gobierno quiere ayudar en eso.

"Habría sido grave perder el Mundial fuera de la cancha"

La humillante derrota de Brasil en el Mundial no tendrá un impacto en las elecciones de octubre, predijo este viernes la presidenta Dilma Rousseff, mientras se prepara para iniciar su campaña para buscar un segundo mandato.

A pesar de las críticas contra los preparativos realizados por su Gobierno para organizar el torneo de fútbol, la cifra de respaldo de Rousseff subió levemente, debido a que los brasileños comenzaron a animarse con el campeonato que se prolongó por un mes.

Pero la aplastante derrota (1-7) frente a Alemania en las semifinales del martes cambió el ánimo del país antes de lo que se está convirtiendo en la carrera más reñida desde que el izquierdista Partido de los Trabajadores llegó al poder en el 2002.

"Existe una tradición en Brasil de no mezclar el fútbol y la política", dijo Rousseff a un grupo de periodistas extranjeros en la residencia presidencial en Brasilia. "Lo que habría sido grave habría sido perder el Mundial fuera de la cancha".

A pesar de las demoras en la entrega de los estadios, el Mundial en Brasil ha sido ampliamente elogiado por sus fascinantes partidos y en general buena logística. Rousseff dijo que ninguna de las desastrosas predicciones de sedes incompletas, caos en los aeropuertos, apagones eléctricos e incluso un brote de fiebre del dengue se hicieron realidad.

Los sondeos muestran que Rousseff sigue siendo la favorita antes de la elección del 5 de octubre, aunque sus rivales han reducido la brecha en los últimos meses. La elección posiblemente será decidida en una segunda vuelta posteriormente ese mes contra Aecio Neves del Partido Social Democracia Brasileña.

Rousseff planea realizar campaña promoviendo las mejorías en las condiciones sociales en Brasil desde que el Partido de los Trabajadores llegó al poder y sacó a decenas de millones de personas de la pobreza y las incluyó en la economía de consumo y de mercado.