La intrahistoria
Santiago Bernabéu ya murió durante el Mundial de Argentina
La FIFA decretó tres días de luto y decidió que se guardase un minuto de silencio en su memoria antes de los encuentros de ese día, fue el reflejo de su importancia en el fútbol.
Santiago Bernabéu, al igual que Alfredo Di Stéfano, falleció durante la disputa de un Mundial. Se da la circunstancia de que los dos hombres más importantes de la historia del Madrid desaparecieron mientras se jugaba una Copa del Mundo. El que fuera jugador, entrenador y presidente del Real Madrid (durante 35 años), murió a las 6:15 horas de la mañana del 2 de junio de 1978, justo un día después del inicio del Mundial de Argentina. La noticia del fallecimiento de Bernabéu no tardó en llegar hasta el país sudamericano. La FIFA decretó tres días de luto y decidió que se guardase un minuto de silencio en su memoria antes de los encuentros de ese día (Hungría-Argentina, Francia-Italia y Túnez-México) y de los del día siguiente (España-Austria, Suecia Brasil, Perú-Escocia e Irán-Holanda).
Fue una medida sin precedentes en la historia de los Mundiales y un fiel reflejo de la importancia de Bernabéu en el mundo del fútbol. Como alguien escribió en aquellos días: “Bernabéu lo fue todo menos la pelota”. Por ejemplo, bajo su presidencia el Madrid participó en la creación de la FIFA.
La coincidencia con un Mundial no es la única similitud entre el adiós de Bernabéu y el del Presidente de Honor. El manchego tuvo el reconocimiento de la prensa internacional, al igual que La Saeta. Y es que ambos son leyendas del fútbol mundial. L’Equipe fue el que más elogió al difunto presidente: “Gracias a él, el Madrid ha pasado a ser no solamente el club más grande del mundo sino también el más digno ejemplo de ser citado como ejemplo (...) Era un hombre inmenso y esencialmente humano que uno nunca acababa de descubrir”.
La capilla ardiente de Di Stéfano estará hoy en el estadio madridista, igual que sucedió en 1978 con la de Bernabéu. La del presidente fue en el antepalco de honor, donde había más de 200 coronas mortuorias recorriendo el camino. En aquella ocasión casi 100.000 personas fueron a despedirse del mejor presidente de la historia del Madrid en las 18 horas que estuvo presente el féretro.