La deshidratación que sufrió Benzema tras el partido ante Nigeria de octavos tiene preocupados a los franceses. Parece ya recuperado del susto, pero no es el primero que ha sufrido el central del Madrid durante el Mundial. Su papel, pese a ello, está siendo clave. La prensa francesa le ha bautizado como el hombre tranquilo. En España desde hace ya tiempo se le conoce como Don Limpio. Brasil, Sudamérica y el mundo entero se rinden ante el central más joven y prometedor de cuantos juegan el Mundial.

Ahí están los números del central del Madrid para refrendarlo: 299 minutos en tres partidos, 86,6% de acierto de pase, 18 balones recuperados, 5 bloqueos defensivos y ninguna falta. Se puede defender distinto, pero difícilmente se puede defender mejor. Y eso que viene de una temporada marcada por la lesión de rodilla que le hizo pasar por el quirófano y de vez en cuando le produce algunos dolores.

Según publicó So Foot, el central madridista padece desde los 13 años el mal de Osgood-Schlatter, un extraño fenómeno por el que sus rodillas se resienten con demasiada facilidad. En la primera fase tuvo una gastroenteritis que le hizo ser baja ante Ecuador y en octavos la deshidratación. Muchos inconvenientes que a cualquier otro le hubieran pasado factura. Él, con una sonrisa imperturbable, las ha ido superando una a una.