Octavos | Argentina - Suiza
“Llega la hora de la verdad”
Messi ilusiona a la Argentina en el choque decisivo de octavos de esta tarde (18:00 GolT). Suiza es muy dura, Behrami e Inler impedirán la creación del juego de los argentinos.
Messi escribió en las redes sociales y Argentina enloqueció. “Llega la hora de la verdad”. Es el hombre que mantiene con vida a su país en la Copa del Mundo, ya en fase de muerte súbita. La albiceleste mira con recelo la competición. Son conscientes que una mala tarde te conduce a las catacumbas, a la burla desmesurada y a ser el hazmerreír mundial y del Mundial.
Ahora temen los argentinos que las carcajadas provocadas por el sufrimiento de Brasil ante Chile se les pueden volver en contra. A eso se le llama efecto boomerang y por eso recurren a la humildad. Esa es la palabra que se pronuncia una y otra vez en el seno de la concentración que se comporta como una familia, dicen que muy unida: un tópico, vamos.
Messi liderará el ataque de nuevo. Se soltó el crack en Brasil. Tras un invierno complicado en el Camp Nou, el delantero se siente feliz en el invierno brasileño. Cuatro goles suma hasta el momento y quiere más. Sueña con arrebatarle el Balón de Oro a Cristiano y sabe que el primer paso debe darse ya. Lo que antes se atascaba, ahora ya vale para golear a los rivales.
Bloque. Pero no será sencillo. Suiza fue de menos a más, de competir con timidez a agarrarse a la inteligencia de Shaqiri y a la tenacidad de la zona de creación. Allí mandan Behrami e Inler, dos tipos rápidos e inteligentes, rocosos y contundentes que complicaran la vida a Mascherano en la circulación. Éste debe conectar con Messi, que sabe que “llega la hora de la verdad”.
Reencuentro de Messi y Eriksson
El árbitro del partido de esta tarde será el sueco Jonas Eriksson. Este millonario, exempresario de televisión y de 40 años de edad, arbitró el partido de ida de los octavos de final de la Champions League entre el Manchester City y el Barcelona (0-2). Fue el día en el que sancionó el penalti de Demichelis sobre Messi y en el que el estadio del equipo inglés se indignó ante la decisión de Eriksson. Esa pena máxima pesó mucho a los ingleses.