GRUPO H | ARGELIA - RUSIA
Argelia echa a Rusia del Mundial
La selección de Capello se adelantó pronto con un gol de Kokorin, pero un cabezazo de Slimani dio la clasificación a los africanos, que supieron aguantar hasta el final.
En el fútbol hay héroes y también villanos. A unos les encumbran sus aciertos, a otros, los errores. Slimani regresará a Argelia con honores. Akinfeev volverá a Rusia entre críticas. Es la diferencia entre un buen remate y una mala salida. Slimani, que en octubre vivió la vergüenza de verse relegado por un partido al filial del Sporting de Lisboa, logró meter de cabeza a Argelia en los octavos de final por primera vez en su historia. Y allí le esperará Alemania, la misma selección a la que en 1982 ganó en España en su estreno en un Mundial.
Y eso que Argelia sufrió. Incluso por fases parecía que la Rusia de Capello estaría en la siguiente ronda. Feghouli es tan importante para Argelia que fue abandonar dos minutos él en el campo y Rusia adelantarse en el marcador. Sangraba Feghouli por la cabeza y se desangró Argelia en defensa por su banda, la derecha. Kombarov encontró el carril tan libre que lo apuró hasta el final y enganchó un centro milimétrico a la cabeza de Kokorin, quien por fin apareció por Brasil para dicha de Capello. Se había especulado con la posibilidad de que el veterano Kerzhakov relegara al banquillo a una de las perlas rusas y finalmente Capello optó por alinear a ambos, y Kokorin se lo agredeció con su gol.
Argelia se veía por detrás en el marcador y, lo peor para ellos, sin espacios. Rusia tenía el partido donde le gusta tenerlos a Capello. Con la mayoría de sus futbolistas viendo de cara venir el balón y dos o tres de ellos atentos para salir disparos y liarla a la contra. Y sin huecos, por contra, los argelinos ni podían explotar la velocidad de Feghouli ni los desmarques de Slimani. A los de Halidhodzic se les veía incómodos y sin claridad de ideas. Aún así, Slimani avisaba por dos ocasiones antes del descanso a balón parado y de cabeza que en Brasil estaba para hacer historia. Y la hizo.
Fue tras un saque de falta, casi como si de un córner se tratara, cuando el delantero saltó más que nadie. Principalmente más que Akinfeev, que como hiciera ante Corea del Sur condenaba a los suyos. Ese gol del empate llegó minutos después de que Kerzhakov tuviera en un mano a mano el 0-2. Pero M'Boli demostró que Argelia sí tenía portero. Con el empate Argelia encontró espacios, si bien, los Zorros del Desierto terminaron la velada defendiéndose. Pero lo hicieron tan bien y los rusos tan mal, que ni sufrieron. Extasis en Argelia, decepción en Rusia, una selección, la de Capello, que mucho deberá mejorar en los próximos cuatro años para que en su país, como anfitrión, de una imagen opuesta a la de Brasil.