LAS PALMAS 1 - CÓRDOBA 1
Uli Dávila lleva al Córdoba a Primera en el último suspiro
Apoño adelantó a Las Palmas y una invasión de campo provocó la suspensión a falta de minuto y medio del descuento. En la reanudación marcó el mexicano.
El espectáculo que comenzó dos horas antes del partido terminó en una batalla campal entre los aficionados y luego contra la policía. La gran final para el ascenso empezó en los aledaños del Estadio de Gran Canaria, con miles de aficionados recibiendo a Las Palmas como héroes y terminó con niños refugiados y personas corriendo de un lado a otro, con botellas cayendo y sillas volando. Lamentable e inmerecida imagen en el Estadio de Gran Canaria para cerrar una gran temporada.
Cuando la Unión Deportiva celebraba ya el ascenso, en un segundo cambió todo. Uli Dávila se erigió héroe de la eliminatoria al marcar el gol del empate en el último aliento. Las Palmas fue mejor, controló, pero un gol no sería renta suficiente. El Córdoba aprovechó el único error de los locales para estar con los mejores el año que viene. Nadie recordará el partido, pero sí lo sucedido en las gradas.
El primer cuarto de hora, Las Palmas tuvo el dominio absoluto gracias a la magia de Valerón y la contención de Javi Castellano. Pinillos sufrió las internadas de Nauzet. Juan Carlos sufría al ver cómo su defensa achicaba balones sin cesar. Los amarillos merodeaban con mucho peligro su marco. Luego el Córdoba se quitó la excesiva presión con algunos balones largos del meta para aprovechar la velocidad de Pedro, el más activo en el ataque visitante en ese momento.
Al igual que durante el campeonato y todo el playoff, Barbosa tuvo otra actuación espectacular. Abel mandó un balón milimétrico al palo, pero el argentino llegó a despejarlo. Las fuerzas se equilibraron y ambos candidatos soltaron piernas. Hecho que favoreció ligeramente a los amarillos, que volvieron a visitar las proximidades de Juan Carlos. Momo pidió penalti tras ser embestido por Raúl Bravo, pero la queja quedó sin efecto.
Nadie podía estar tranquilo: Barbosa salvó el disparo poco preciso de Pedro, tras una internada propia de un velocista. Respondió el conjunto de Josico con una carrera de Castillo y la más clara de los grancanarios, cuando Nauzet estrelló una pelota al poste. Con el resultado inicial sin goles, los equipos se retiraban con la sensación de que los amarillos ganaban a los puntos.
La segunda parte empezó como una pesadilla para el Córdoba. Raúl Bravo se lió con la pelota y Aranda se la robó. Con pausa, en unos segundos interminables, cedió a Apoño para que marcara a placer. Noqueados, los jugadores del Córdoba no encontraban la luz, a pesar de que sus opciones permanecían intactas con la desventaja de un gol. Los amarillos casi logran en gol de la tranquilidad cuando Nauzet regaló el balón a Momo, pero Bravo lo sacó debajo de los palos. Juan Carlos evitó nuevamente la celebración al despejar un disparo de Aranda. Los peores minutos para los de Ferrer, superados en todas las líneas.
Con la sucesión de cambios, el partido entró barrena. Cansancio y nervios a partes iguales, los amarillos jugaban más con el tiempo que con la pelota. El Córdoba tiraba de orgullo y apretó levemente a la zaga local, aunque les faltó más precisión. Juan Carlos casi regala el segundo cuando no despejó bien y Vicente casi marca por el rechace. A la siguiente jugada, Apoño tiró fuera. Con el Córdoba destapado y volcado, la Unión Deportiva tenía en la mano un ascenso que la afición ya celebraba en la grada...
Y en el campo. Faltaba un minuto y medio y Sánchez Martínez paró todo en seco, con la amenaza de suspender el partido. No fue el colegiado el que lo acabó. Uli Dávila fue quien empujó una pelota al fondo de la portería. De la sonrisa al llanto. Y de la fe, a Primera. 42 años después (la última temporada blanquiverde en la categoría de oro fue la 1971/72), el Córdoba regresa al cielo del fútbol español.