Alrededor de 5.000 australianos estarán mañana animando a su equipo ante España en Curitiba. La ilusión de todos ellos es despedirse del Mundial con una victoria histórica que constate la fiebre que ahora mismo se vive allí con el fútbol. Lo que hasta hace unos años era un deporte minoritario ha dado un paso al frente y avanza de manera imparable en Australia.

La gente consume Premier, sobre todo, y Liga española. También la A-League local desde que la cadena SBS empezara a emitirla en abierto en una decisión impensable. La llegada de fichajes mediáticos como Del Piero o el próximo de Villa ayudan a ello. Y por supuesto los aficionados se ilusionan con el equipo nacional, los socceroos­, que están demostrando en el Mundial una manifiesta mejoría con respecto a ediciones anteriores. Todo ello hace que la gente vea y practique más fútbol. De hecho, en tres años ha habido un incremento del 15% en cuanto a número de fichas. Se calcula que casi dos millones de personas lo juegan de manera federada o escolar, algo que le situaría muy cerca de ser el deporte número uno del país. Hasta ahora parecía imposible desbancar a criquet, rugby y fútbol australiano (una mezcla entre fútbol y rugby), pero el fenómeno se está produciendo y la selección nacional tiene mucha culpa. Los socceroos están de moda.