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GRUPO F | NIGERIA 1 - BOSNIA 0

Odemwingie y Enyeama acercan a Nigeria a octavos

Las 'Águilas Verdes', más constantes y efectivas que Bosnia. Gol mal anulado a Dzeko por inexistente fuera de juego. El portero africano, salvador.

Emenike con Spahic.
Emenike con Spahic.JUAN BARRETOAFP
Mediapro

Nigeria ha comprado más de la mitad del billete para los octavos de final del Mundial con su victoria frente a Bosnia. Un gol de Odemwingie, asistido por Emenike, el mejor del partido, y dos intervenciones salvadoras del portero Enyeama en el descuento ante sendos remates de Dzeko, ponen a la campeona de África en disposición de estar entre las 16 mejores selecciones del Mundial, con lo que igualarían su mejor resultado conseguido en Francia ‘98.

Las ‘Águilas Verdes’ suman cuatro puntos, y aunque se enfrentan a Argentina en la última jornada, y la lógica dice que la victoria es casi utópica, Irán le arrebataría la segunda plaza si gana a Bosnia, ya eliminada. En ese supuesto, igualarían africanos y asiáticos a cuatro puntos y habría que echar mano del golaverage de cada uno.

Nigeria ganó porque fue más efectividad y constante en su fútbol, aunque se desarrollara de manera anárquica en muchas fases del partido. Sabía que no podía competir por la posesión de balón con los bosnios y apostó por la potencia y la velocidad al contragolpe de Musa y Emenike, jugador fundamental en la victoria nigeriana. El delantero del Fenerbahce hizo la vida imposible en la banda a Lulic y Spahic, y en una internada poderosa asistió a Odemwingie, apuesta de Keshi como titular, que no falló ante Begovic, uno de los más destacados de la selección balcánica.

El gol africano fue un duro golpe para Bosnia del que ya no se recuperó. De hecho, el tanto de la campeona africana llegó después de los mejores momentos de los de Safet Susic, con tres oportunidades seguidas, la primera de las cuales fue un gol anulado a Dzeko por inexistente fuera de juego.

Susic tardó en reaccionar y en siete minutos (del 56' al 63') hizo los tres cambios. El que más urgía era la entrada de Ibisevic. El delantero del Stuttgart, autor del tanto ante Argentina, no estuvo acertado anoche. Tampoco Dzeko. Gran parte de culpa la tuvieron Omeruo, un central con un empaque soberbio, y Enyeama. El portero estuvo inspiradísimo. Tanto, que en el arreón final de Bosnia, más por orgullo que por convicción, fue salvador ante dos remates espléndidos de Dzeko que se atisbaron como goles. El semblante del delantero del Manchester City fue el fiel reflejo de la desesperación de los balcánicos, que dicen adiós a su primera participación en un Mundial.