Claudio Bravo disfrutó de uno de los días más inolvidables de su vida. A la oficialidad de su fichaje por el Barça añadió una de sus mejores actuaciones con Chile. El guardameta aguó las esperanzas de España con una sobria actuación coronada con seis paradas y ningún gol recibido.

De todas sus intervenciones, la más importante fue la del minuto 15. Con 0-0 en el marcador, rechazó el tiro a bocajarro de Xabi desde dentro del área pequeña, que desvió gracias a su rapidez para salir a los pies del tolosarra y taparle el espacio. Tan decisiva fue esta acción que Vargas marcó el 1-0 cinco minutos después.

En la segunda parte realizó sus otras cinco paradas. Con la seguridad de la ventaja en el marcador realizó tres grandes desvíos a dos disparos de Cazorla y uno de Iniesta desde la frontal. Sus otras dos paradas fueron a Ramos: un cabezazo flojo y el rechace de puños de la falta directa que acabó en la clara ocasión que Busquets envió fuera con todo a favor.

En su anterior choque, Australia le había creado muchos problemas en el juego aéreo a Chile. Bravo demostró personalidad para ayudar a su selección a solucionar este problema. Decidió ser valiente en las jugadas de estrategia y acertó: blocó tres centros y despejó otros tres envíos al área.

Por último, demostró su confianza en el juego de pies. Participó en 42 jugadas y buscó 37 pases, aunque la mayoría fueron envíos en largo.