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MUNDIAL 2014

Rousseff: "Nosotros hicimos todo esto por y para los brasileños"

La presidenta de Brasil defendió las obras y recordó que "no se irán en las maletas de los turistas". Sobre la corrupción, "si se demuestra, los responsables serán castigados".

Rio de Janeiro
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, sostiene el trofeo de la Copa del Mundo, junto al presidente de la FIFA, Joseph Blatter, y exjugador brasileño Cafú.
Wenderson AraujoEFE

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, defendió los costes de organizar el Mundial de Fútbol, prometió castigar a la corrupción y pidió a sus compatriotas que den una cálida bienvenida a los aficionados visitantes, a menos de 48 horas de la inauguración del torneo.

Tras un año de protestas por los cerca de 11.000 millones de dólares que Brasil ha gastado para organizar la Copa del Mundo, Rousseff aseguró en un discurso por televisión este martes que las inversiones en estadios, terminales de aeropuertos y otras obras de infraestructura brindarían beneficios de largo plazo al país.

"Nosotros hicimos todo esto por y para, sobre todo, los brasileños", sostuvo la mandataria, reiterando que las obras públicas implementadas para el evento "no se irán en las maletas de los turistas".

El torneo brasileño, que comienza el jueves cuando la anfitriona se enfrente a Croacia en Sao Paulo, es el Mundial más caro desde que la competición comenzó hace 84 años.

Rousseff buscó subrayar lo que se ha logrado, mientras los residentes de las 12 ciudades que serán sedes de los partidos se quejan que muchos de los proyectos prometidos enfrentan demoras o nunca se materializaron. La presidenta del país rechazó el "falso dilema" de que el gasto del Mundial de alguna forma haya afectado la inversión en salud, educación y otros servicios públicos.

La dirigente, que buscará un segundo mandato en octubre, destacó que el gasto público en salud y educación está entre las líneas de presupuesto que han crecido más durante su presidencia. En los tres años desde que Brasil comenzó a construir los estadios del Mundial, indicó que el país ha gastado 212 veces más en salud y escuelas que en las canchas.

Debido a la sombra de corrupción que suele acompañar a la FIFA y una larga historia de sobornos en Brasil, muchos brasileños asumen que los altos costos del torneo, las demoras y las promesas incumplidas son resultado de actos ilícitos.

En este sentido, Rousseff aseguró que el país está realizando una auditoria a todos los gastos y prometió castigar cualquier hecho de corrupción. "Si se demuestra cualquier irregularidad (...) Los responsables serán castigados", declaró, recordando a sus ciudadanos los éxitos del país en el terreno de juego y la cálida bienvenida que ha recibido la 'Canarinha' en otras partes. "Devolvamos la generosidad", dijo.