Día de caos en Sao Paulo a una semana del inicio del Mundial

A una semana del comienzo del Mundial, la huelga “indefinida” de los trabajadores del metro de Sao Paulo provocó ayer un día de completo caos en la ciudad. Por la mañana, la metrópoli registró un atasco récord de 209 kilómetros en sus calles, el tercero más grande de la historia. Quien sufrió en la piel las consecuencias de las protestas fueron los dirigentes de la FIFA, que llegaron ayer a la ciudad que hoy recibe el amistoso de Brasil contra Serbia y, el día 12, el partido de apertura del Mundial entre la anfitriona y Croacia.“Tardé dos horas y media del aeropuerto al hotel”, afirmó Michel Platini, asumiendo estar “exhausto y sorprendido” por el tráfico en la ciudad.

Quien también se quejó fue el vicepresidente de la FIFA, Jim Boyce, que dijo haber pasado “tres horas atascado” este jueves en Sao Paulo. Jacques Anouma, presidente de la Federación de Fútbol de Costa de Marfil y miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA, fue más tajante en su crítica: “¡Bienvenidos al país del atasco!”.

En los años de preparación para el Mundial de Brasil, uno de los puntos de mayor preocupación en relación a este evento era justamente la movilidad urbana. El Gobierno anunció en 2010 una enorme inversión en todas las doce ciudades sedes pero hoy, cuatro años después, de las 41 obras de movilidad previstas, apenas cinco fueron finalizadas en su totalidad.

Lo que más preocupa a los organizadores es el hecho de que no hay previsión para el fin de la huelga que afectó ayer a la vida de 4.500.000 de paulistanos. El metro es la principal forma de acceso a la arena Corinthians, donde se llevará a cabo la ceremonia inaugural del Mundial y la propia estación de Itaquera, la más cercana al estadio, tuvo las puertas de acceso tiradas abajo ayer por la mañana por los pasajeros indignados con la huelga.

“Lamentable”, afirmó la presidenta Dilma Rousseff a periodistas sobre los actos de vandalismo que se produjeron en las estaciones. Sumado a esto, hoy está prevista otra manifestación del Movimiento de Trabajadores Sin Techo. La protesta social no da respiro.