Brasil 2014
Todavía se preguntan en Brasil si podrá celebrarse el Mundial
El país presenta poco ambiente y muchas cosas por acabar. Los estadios de Curitiba, Cuiabá, Porto Alegre, Natal y Sao Paulo siguen en obras. Los aeropuertos, otro problema.
Vai ter Copa!” “Não vai ter Copa!” Estas son las dos frases que más se oyen al llegar a Brasil y preguntar sobre el Mundial. Significan “Habrá o no habrá Mundial”, lo que suena rarísimo a una semana del comienzo. Pero esta frase representa el ambiente que se ve por las calles al llegar a Brasil, un país dividido entre la pasión incondicional por el fútbol y la indignación por la corrupción, las promesas rotas y el enfado por lo que se podía haber hecho con una mejor planificación de los organizadores del evento.
A una semana del Mundial cinco estadios todavía corren contra el reloj para terminar las obras hasta el comienzo del torneo: Curitiba, Cuiabá, Porto Alegre, Natal y Sao Paulo. Éste, escenario de la apertura del Mundial con el partido Brasil-Croacia, vive la situación más preocupante. “Estará listo en el último minuto”, afirmó Jerome Valcke, secretario general de la FIFA sobre el Arena Corinthians. La mayor preocupación es la estructura de gradas temporales que todavía no está hecha y que albergará a 20.000 de los 65.000 espectadores del estadio.
También se hizo público ayer que apenas la mitad de los estadios tendrá wi-fi: Brasilia, Porto Alegre, Salvador, Rio de Janeiro, Manaus y Cuiabá.
Los aeropuertos son otro problema. Ayer, a ocho días del comienzo del Mundial, el pasillo de desembarque internacional del aeropuerto de Salvador olía a polvo de construcción, estaba lleno de andamios, plásticos de obra y baldas provisionales que intentaban disfrazar lo obvio, que en la sede donde España debutará contra Holanda, el día 13, todavía queda mucho que hacer.
En el aeropuerto de Rio, los obreros trabajan en la cobertura de la terminal 1 y sólo hoy, a una semana del Mundial, será inaugurado el BRT, la línea de autobuses de alta velocidad que estaba prometida para mediados de 2013. De las 41 obras de movilidad previstas en los planos estipulados por el Gobierno brasileño en 2010 para el Mundial, apenas cinco fueron finalizadas en su totalidad. Algunas estarán listas solo después del campeonato y muchas, como el paseo alrededor del estadio del Beira Río en Porto Alegre no fueron ni licitadas.
Al final, apenas el 18% de las obras de infraestructura fueron finalizadas y cuatro de las 81 previstas fueron entregadas a la fecha prevista. Menos del 5%. Con referencia al valor previsto en 2010, 30 obras han gastado más de lo que se estimaba. Aunque los medios brasileños intenten animar a la gente y la televisión abastezca una verdadera sobredosis de selección brasileña, la última esperanza de Brasil para animar a la gente es el fútbol.