“Simeone me ha inculcado la filosofía de ir toro a toro”

—¿Cómo se le ocurrió la idea de hacer el paseíllo con un capote del Atlético?

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—Vine al Museo porque ahí tengo una muleta que doné del día que debuté en Madrid y corté una oreja y vi el capote de paseo. Era un sueño que tenía en la cabeza. En la final de Champions, nada más perder, pensé que era el momento de sentirse orgulloso del equipo y de los jugadores. Después de lo que habían hecho y las alegrías que nos habían dado, les quise dar ese homenaje. Me hizo muy feliz ver que a todos los atléticos les hizo ilusión.

—¿Cómo vio la final de Lisboa?

—Tenía entrada para ir a Lisboa, pero no pude acudir porque toreaba a los dos días en Madrid. Tenía que estar concentrado y encerrado porque me jugaba mucho. La vi en casa solo

—¿De dónde le viene la afición al Atleti y al toro?

—Las dos son cosas con las que se nacen. Son cosas que sólo nosotros los que somos del Atleti sabemos y no lo podemos explicar. Hay una frase del Atleti que me encanta: “No trates de entenderlo, es un sentimiento”. Es como una droga.

—¿Y el toreo?

—Lo mismo. Uno no se juega la vida ni por dinero ni por cualquier cosa. El toreo nace en ti y necesitas de ello para vivir. Necesitas esa sensación de ponerte delante de un toro. Esa capacidad de poder jugarte la vida no la cambias por nada.

—¿Es duro compaginarlo?

—Me molesta cuando tengo alguna novillada y juega el Atleti. Pero siempre tengo a uno con el móvil que me va diciendo los resultados. El Atleti forma parte de tu vida y aunque estés muy concentrado es como cuando llamas a tu madre a ver qué tal estás. Todos los días te metes en las noticias para saber qué ocurre con él.

—¿De pequeño cómo sintió la llamada del toro?

—Yo quería ser futbolista. Se me daba bastante bien. Pero yo veía que eso no me hacía feliz. En mi casa siempre han sido muy aficionados a los toros, mis padres sobre todo. Y un día en una plaza de toros un torero me transmitió unas sensaciones muy fuertes y decidí ser capaz de transmitir eso a las demás personas. Desde ese día quise ser torero.

—¿Quién fue el inspirador?

—José Tomás, en Linares. Le pegó una cornada un toro en el muslo y le llegaba la sangre hasta la zapatilla. Lo que ha hecho ese hombre, que para mí es más un dios, no creo que lo repita nadie en la historia. Fue capaz de aguantar en la plaza con una cornada y entró en la enfermería por su propio pie. Toda la plaza parecía un manicomio, todos de pie como venerando a un dios. En ese momento sentí tanto, que quiero ser capaz de transmitir lo mismo algún día.

—Y encima es del Atleti...

—Es que para ser buen torero hay que ser del Atlético.

—¿Qué siente delante de un toro?

—Mi toreo lo procuro hacer de entrega y emoción. Me gusta pasarme los toros cerca y que haya verdad en mi toreo. Busco la naturalidad. Parece una locura pero todos los toreros del Atleti basan su toreo en la emoción, en darlo todo en la plaza. Al final ser del Atleti es una forma de vida y buscamos en nuestro ámbito ser entregados y pasionales. En la Supercopa, iba en el viaje de vuelta del equipo y le dije al Cholo que para todos es nuestro referente, como nuestro profeta. Le dije: “Fíjate hasta donde llegas, lo que inculcas, que llega hasta ámbitos como el toreo. El luchar día a día, el entregarse en cada situación como si fuera la última”. Me ha inculcado afrontar cada tarde como si fuera la última y darlo todo en la plaza.

—Entonces usted va corrida a corrida…

—Toro a toro.

—¿Qué jugador del Atlético le parece que tiene madera de torero?

—Gabi sin duda. Tiene una raza y garra que cumpliría el perfil. Para mí que no vaya a la Selección es un insulto. Otro que también podría serlo es Arda porque es un artista y su forma de vivir e ir a su bola es también muy torera.